El tabú por excelencia

Las prácticas sexuales anales siempre han estado rodeadas de tabúes. Entre todas ellas hay una que tradicionalmente ha provocado en muchas personas un rechazo especial. Estamos hablando del beso negro, llamado también analingus, anilingus, rim job, rimming, tossing the salad, beso polaco o beso de colibrí, una práctica sexual consistente en la estimulación oral del ano.

El ano es una zona especialmente sensible del cuerpo. En él confluyen un sinfín de terminales nerviosas. Por eso su estimulación puede resultar muy placentera o, en caso de que dicha estimulación se realice incorrectamente, muy dolorosa. La estimulación oral del ano, es decir, el beso negro, es una práctica sexual productora de gran placer pero que también tiene sus riesgos. El ano puede ser portador de virus, bacterias y parásitos. La hepatitis (A, B y C), la clamidia, el Virus del Papiloma Humano (VPH), el herpes, la gonorrea o la lombriz intestinal son algunas de las enfermedades que pueden transmitirse al practicar el beso negro sin tomar las medidas de higiene adecuadas. El VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) no tiene porqué transmitirse a partir de la práctica del beso negro, pero para gozar de esa garantía es necesario que se cumplan dos requisitos. Uno: que el receptor no tenga herida o fisura alguna en su ano. Y dos: que el emisor no tenga heridas o llagas en la boca ni padezca sangrado de encías. Hay que pensar que, en ocasiones, esas heridas pueden ser casi microscópicas y pueden haber sido causadas por el cepillo de dientes, el hilo dental, algún tratamiento dental reciente o, incluso, alguna comida crujiente como, por ejemplo, las patatas fritas.

Medidas de higiene

Teniendo en cuenta esto, es comprensible que la primera medida que se debe tomar si vamos a practicar el beso negro es extremar la higiene tanto bucal como anal. Lavar el ano antes de iniciar el anilingus es vital. Para hacerlo hay que utilizar la espuma del jabón. Ojo: sólo la espuma. ¿Por qué? Porque la aplicación directa del jabón en el ano podría provocar un cambio en la mucosa anal y eso podría irritar la zona y, por tanto, resultar molesto.

Un segundo consejo que debes tener en cuenta si deseas realizar un beso negro es el de depilar/afeitar la zona del perineo. Siempre será más sensual y placentero el lamer una zona sin vello que una poblada de pelos.

Nuestro tercer consejo sobre la práctica del beso negro tiene que ver con el sexo oral. Si vas a practicar una felación o un cunnilingus, hazlo siempre antes de ejecutar el beso negro. Si no lo haces, te arriesgas a trasladar a los genitales algún tipo de infección procedente del ano. Para evitarlo, los practicantes del beso negro pueden valorar la posibilidad de utilizar una barrera bucal, esto es, un cuadradito de látex o un condón recortado que cubra el ano y que impida que la lengua contacte directamente sobre él. Utilizando esta especie de condón anal, sí podrá realizarse el beso negro antes de la felación o el cunnilingus.

¿Cómo realizar un beso negro?

Teniendo en cuenta estos consejos básicos para practicar el anilingus ya podemos iniciar nuestro beso negro. ¿Cómo? Masajeando las nalgas de nuestra pareja, por ejemplo. O alternando con las caricias dedicadas a las mismas alguna que otra nalgada. También puede resultar muy excitante para la persona receptora del beso negro el que, con movimientos suaves y cada vez más rápidos, separemos sus nalgas.

Hecho esto, y antes de proceder a estimular oralmente el ano, se puede empezar la estimulación de la zona acariciando el perineo con la lengua. El perineo es la zona existente entre el pene o la vagina y el ano. Sensible como es el perineo, la estimulación del mismo puede resultar muy placentera para la persona receptora del beso negro y una buena manera de empezar el mismo.

Una vez se haya estimulado el perineo ya se podrá llevar la punta de la lengua ensalivada hacia los extremos del esfínter. Llegados ahí, podremos experimentar realizando diferentes movimientos y alternando varios ritmos. Podremos, por ejemplo, dibujar circulitos con la lengua alrededor del ano, podremos realizar alguna succión más o menos intensa y podremos también introducir la lengua dentro del ano de nuestra pareja y, una vez dentro de él, podemos dibujar círculos cada vez más grandes con ella para, así, dilatarlo por si a continuación deseamos continuar nuestro encuentro sexual con alguna otra práctica de carácter anal.

La estimulación oral del ano propia del beso negro puede combinarse con la masturbación del pene o la estimulación manual de los testículos en el caso de que la persona receptora del beso negro sea un hombre y con la estimulación del clítoris o del punto G en el caso de que la persona receptora del annilingus sea una mujer. Tanto una opción como la otra puede resultar muy placentera.

Otra opción que podemos valorar a la hora de realizar un beso negro es combinar la realización de éste con la introducción en el ano de algún dildo o plug pequeño. Con o sin vibración, estos maravillosos juguetes eróticos creados para disfrutar del sexo anal pueden ayudar a incrementar aún más la intensidad de las placenteras y maravillosas sensaciones experimentadas con el beso negro.