El condón, una garantía de seguridad

Quizás no hayas caído en ello, pero uno de los componentes claves para tener sexo seguro es, al mismo tiempo, un humilde y tal vez poco apreciado juguete sexual: el condón. ¿Cuántos otros accesorios eróticos pueden prevenir el embarazo y las enfermedades de transmisión sexual y, al mismo tiempo, presentarte ante ti en una gran variedad de tamaños, texturas, colores y sabores? Los preservativos son los protagonistas estelares de toda una serie de accesorios destinados al sexo seguro en la que se incluyen también protectores dentales para el sexo oral (imagina una buena mamada realizada con una adecuada protección dental parecida a la de los boxeadores, quizá no tan sexual como la mamada a pelo pero sí mucho más segura, sobre todo si te la realiza alguien a quien acabas de conocer), guantes de látex para ese dedo que se introduce en el culo o dedales para esos dedos en los que, por algún motivo (un accidente laboral, un despiste en la cocina…), tienes algún corte.

Es cierto que para muchas personas el uso del condón aún es considerado como un mal necesario, una especie de mal trago que hay que pasar. Muchas personas aún están instaladas en aquel viejo pensamiento según el cual follar con condón es algo parecido a ducharse con impermeable. Pero esto, ¿no es realmente una actitud preconcebida? ¿No pesa aquí demasiado el estereotipo? Bien podría, por ejemplo, suceder lo contrario. Que pensar en el profiláctico guardado en el bolsillo nos llevara a los tiempos de la juventud, cuando se iba a la caza y se esperaba la sorpresa. Ese pensamiento y el recuerdo de los “triunfos” (porque los hubo, ¿verdad?) puede resultar un estimulador de primer grado.

Hay que dar, pues, una oportunidad a los preservativos. Hay muchos tipos. Busca los más finos o los estriados. Quizás ellos te quiten de la cabeza esa idea caduca de que la capucha enfría el sexo. Y no temas si eres alérgico al látex. Puedes encontrar condones de poliuretano. Y si crees que el condón puede irritar las paredes más íntimas de tu pareja (vagina o ano), añádele un lubricante que no dañe al condón. Y si el sabor del látex no te gusta, utiliza condones con sabor a fresa o a menta. Y si eres mujer y quieres asumir el control y no exponerte a sorpresas, utiliza un preservativo femenino. ¿No te quejarás de las opciones que tienes, verdad? Eso sí: asegúrate que sabes cómo colocarte el condón. Desenróllalo siempre de la manera correcta. Pon un poco de lubricante en la punta y empiézalo a desenrollar, hacia abajo, a lo largo de tu polla, apretando esa bolsita de aire que queda en la punta. Y ajústalo bien a la base. El preservativo nunca debe deslizarse cuando estés ahí, metido en faena. Y disfruta del sexo olvidando que lo tienes ahí.

Juguetes sexuales y sexo seguro

Cuando se utilizan juguetes sexuales hay cosas que hay que tener en cuenta. Por ejemplo: no insertes nunca un consolador en la vagina si antes ha estado metido en el ano. ¿El motivo? Fácil de imaginar. Es muy probable que traslades bacterias a un sitio especialmente sensible. Y el resultado de una infección de esas características no debe resultar seguramente agradable.

Otro consejo: los juguetes de goma en particular y todos los que estén fabricados con materiales porosos deberían ser utilizados con condones encima de ellos, ya que la suciedad y las bacterias pueden ser difíciles de eliminar en dichos materiales. Los juguetes hechos de materiales no porosos como pueden ser la silicona, el plástico, el látex o los materiales acrílicos se pueden limpiar con agua caliente y jabón y deja secar. Si tienes algún tipo de duda acerca del juguete o de los procedimientos de limpieza idóneos para los mismos, no dudes en ponerte en contacto con el fabricante. Él te dará la orientación adecuada. Un poco de tiempo dedicado a la información y a la higiene puede evitar muchos problemas.

Si vas a compartir un juguete estilo dildo, no lo dudes ni un momento: pon un preservativo diferente en él cada vez que lo utilices. O, mejor aún, compra dos juguetes iguales, uno para ti y otro para tu pareja. El dinero que inviertas en seguridad sexual será siempre un dinero bien gastado.

Sexo seguro es sexo inteligente

El sexo seguro es un sexo inteligente por una razón fundamental: cuando intentas poner todas las medidas posibles para evitar cualquier tipo de infección o enfermedad de transmisión sexual, estás tomando responsabilidad por tu vida sexual y, al mismo tiempo, por la de tu pareja. Y eso es una señal de respeto, de confianza en vosotros mismos, una muestra de tu cultura sexual.

Es demasiado fácil escudarse en la pasión desbocada en un momento determinado para alegar un descuido de seguridad sexual. Por eso el compromiso de practicar siempre sexo seguro debe formar parte de tu vida. Es algo que debe ser previo al acto sexual en sí. Que debe determinarlo y marcar su desarrollo y límites.

Si tienes dudas de carácter técnico o médico sobre los efectos de practicar sexo sin seguridad, puedes ponerte en contacto con los Centros de Control de Enfermedades Sexuales. Telefónica o presencialmente te darán la orientación que necesites. Haznos caso: la seguridad, en el sexo, como en todo, merece la pena.