La aneyaculación no es un don

Se suele hablar mucho de la eyaculación precoz. Tanto, que hasta se suelen hacer bromas y chistes sobre ella. Quien más quien menos ha leído algo sobre ella o conoce, aunque sea de oídas, algún tipo de truco para controlar el orgasmo. La aneyaculación o eyaculación retardada, sin embargo, no es tan conocida y plantea, también, grandes problemas a toda aquella persona que desee gozar de unas relaciones sexuales completamente satisfactorias.

Con el nombre de aneyaculación conocemos a la incapacidad de eyacular del hombre a pesar de gozar de un alto nivel de excitación sexual y de una buena erección. La eyaculación retardada puede parecer a simple vista un don que permite a un hombre estirar el tiempo de duración de sus coitos a su capricho, pero lo cierto es que la eyaculación retardada puede ocasionar una serie de trastornos sexuales y siempre traerá más problemas que ventajas.

La eyaculación retardada puede, por ejemplo, imposibilitar el tener hijos de forma natural y puede desarrollar una anorgasmia crónica. Por otro lado, al no obtener satisfacción sexual en forma de orgasmo, el hombre puede ver cómo desaparece en él el deseo sexual. ¿Para qué sentir deseo?, puede preguntarse el hombre, ¿para sentirse, después, insatisfecho?

La aneyaculación acaba, tarde o temprano, afectando a la pareja. Hay que entender que, por ejemplo, el otro miembro de la misma puede sentirse culpable o, incluso, poco deseado. La pareja de la persona que padece eyaculación retardada puede empezar a dudar de su atractivo y de su capacidad para satisfacer sexualmente a su pareja. Por otro lado, siempre puede existir la tentación de que alguno de los miembros de la pareja experimente sexualmente fuera de ella con otras personas para intentar determinar si el problema que se ha abierto en el seno de la misma se debe a uno o a otro.

Causantes de la eyaculación retardada

¿Qué motivos pueden provocar la aparición de la eyaculación retardada? Los podemos encontrar de todo tipo, tanto físicos como psicológicos.

Entre los causantes físicos de la eyaculación retardada podemos encontrar los siguientes:

  • Obstrucción de las vías seminales.
  • Disminución o pérdida de las vías seminales por diabetes.
  • Consumo de ciertos medicamentos.
  • Deficiencias de testosterona u otras causas hormonales.
  • Enfermedad del sistema nervioso. Una lesión medular o un accidente cerebrovascular puede derivar en aneyaculación.

Por su parte, entre los motivos psicológicos de la eyaculación retardada podemos encontrar:

  • Una educación radicalmente religiosa que haga que la persona considere el sexo y su disfrute algo pecaminoso.
  • Sucesos traumáticos. Entre estos podemos encontrar, por ejemplo, el haber sido sorprendido en alguna ocasión masturbándose o el saber que la pareja mantiene una relación con un tercero.
  • Falta de atracción por la pareja.
  • Miedo a un embarazo si se mantienen relaciones coitales sin protección.
  • Existencia de niveles de ansiedad que provocan el bloqueo eyaculatorio.
  • Escaso hábito masturbatorio.

¿Cómo tratar la eyaculación retardada?

Lo primero que una persona aquejada de eyaculación retardada debe hacer es despojarse de cualquier tipo de sentimiento de culpabilidad. Lo segundo, evitar la tentación de echar las culpas al otro. Hay que pensar que, como hemos señalado anteriormente, es muy probable que el otro miembro de la pareja esté pasando por su propio infierno de culpabilidad personal. No es positivo para la unidad de la pareja ni aporta nada positivo a la posible solución del problema de eyaculación retardada el arrojar más leña a dicho infierno aumentando la inseguridad del otro o su propio sentido de culpa.

Las soluciones para la eyaculación retardada pueden buscarse de manera individual (recibiendo una educación sexual adecuada, reforzando el autoconocimiento erótico o revisando aquellas creencias o convicciones morales que hagan ver la sexualidad como algo negativo) o, lo que es mejor (puesto que sirve para reforzar la unión entre hombre y mujer), en pareja.

Lo que siempre se aconseja, en estos casos, es que la pareja (tras haber realizado las pruebas médicas pertinentes que hayan servido para descartar unas causas físicas en el origen de la aneyaculación) consulte a una persona experta en sexología. Será esta persona quien pueda orientar a la pareja para que, con compromiso y completa implicación mutua, empiece a buscar la solución al problema de la eyaculación retardada.

Todos los sexólogos y sexólogas recomiendan, en este sentido, introducir juegos eróticos en las rutinas sexuales de la pareja que no impliquen, necesariamente, la penetración. Esas nuevas experiencias sexuales, unidas al hecho de compartir un objetivo común, servirán, además, para reforzar los lazos de la pareja tanto erótica como afectivamente.