Si nos atenemos a la traducción exacta del término Kamasutra encontraremos que viene a ser algo así como “reglas del placer”. En el fondo, esta obra tan célebre (aunque desconocida en el fondo) es uno de los ejemplos más antiguos de lo que podría entenderse como una guía sexual.

Y es que el Kama Sutra es más, bastante más, que un libro de posturas sexuales. Es una guía completa para una forma de vida. Entendido desde la visión actual, podría concebirse como un manual de comportamiento para un hombre de clase media que quiera disfrutar de su vida de una manera más general.

Ese hombre, para conseguir ese objetivo, deberá atender a su cuerpo y a sus necesidades, pero no deberá descuidar sus tareas profesoonales y los caminos para triunfar en dicha tarea.

El origen del Kamasutra hay que buscarlo entre el segundo y cuarto siglo de nuestra era. Fue entonces cuando lo escribió un sabio hindú, el maestro Vatsyayana.

Vatsyayana, basándose en las “reglas del amor” que, de manera oral, habían llegado hasta sus días desde un milenio atrás, escribió esta guía general para un modo de vida nuevo. Con él, el maestro pretendía influir en diferentes aspectos de nuestra vida. ¿En cuales? De ellos vamos a hablaros en este post.

Las 7 partes del Kamasutra

Cuando nos enfrentamos a la lectura de este libro, ¿qué podemos encontrar más allá de las famosas posturas Kamasutra?

El texto completo de sta obra consta de siete partes. Dichas partes están dedicadas a los siguientes aspectos:

  • Observaciones generales.
  • Cómo hacer avances amorosos.
  • Búsqueda de una esposa.
  • Deberes y privilegios de una mujer.
  • Cómo comportarse con las mujeres de los demás.
  • Cómo confraternizar con cortesanas y eunucos.
  • Hechizos y rituales.

En ese último capítulo del Kamasutra dedicado a los hechizos y los rituales se incluye una completa relación de pociones y hierbas que pueden servir para promover la libido y la virilidad.

En definitiva, el libro es mucho más que un catálogo de posturas eróticas. El libro cubre todo lo que un hombre hindú rico podría haber necesitado saber en aquellos años para mejorar sus relaciones personales y para conseguir una buena vida.

Eso sí, Vatsyayana deja claro en todo momento que el Kama (la búsqueda del placer sensual) se produce después de que obedezcamos a la Sagradas Escrituras (Dharma) y consigamos un buen nivel de vida (Artha).

Si tuviéramos que definir estos tres elementos los haríamos del siguiente modo:

  • Dharma: obediencia a los mandatos de los Shastras o a las Sagradas Escrituras hindúes.
  • Artha: adquisición de tierra, oro, ganado, riqueza, carruaje, amigos, etc.
  • Kama: disfrute de los objetos apropiados para los cinco sentidos (vista, gusto, olfato, oído y tacto) con la asistencia combinada de mente y alma

El hombre, según los consejos orientales, debe practicar el Dharma, el Artha y el Kama en diferentes momentos y de manera que puedan armonizarse y no entrar en conflicto unos con otros.

Así, la buena vida, la vida completa y en la que nos podremos sentir completamente realizados y felices, será aquélla en la que esos tres elementos convivan en armónico equilibrio.

Texto original y versiones modernas del Kama Sutra

Hay dos diferencias fundamentales entre el Kamasutra original y los textos modernos que podemos encontrar sobre el mismo o que recogen su nombre en su título.

El primer lugar, el original fue concebido como un manual destinado a los hombres ricos y urbanos. A ellos iba dirigida toda esa orientación sobre normas sociales y técnicas de comportamiento sexual.

En segundo lugar, en el Kamasutra, como en otros textos sexuales de esa época, hombre y mujer no son considerados como iguales socialmente. No lo eran en aquel momento y no se podían considerar así en dichos textos.

Pero el Kama Sutra de Vatsyayana sí hace algo que podría considerarse revolucionario para el Occidente de la época: pone énfasis en la igualdad del placer sexual entre hombres y mujeres y señala la responsabilidad masculina a la hora de proporcionar y conseguir que el placer de la mujer sea tan grande como el suyo.

Vatsyayana también recomendaba a las mujeres estudiar el Kama Sutra. De manera privada, claro. Para el autor de esta famosísima obra, la mujer podía aprender en su libro a agradar a su pareja y a someterla a su voluntad, bien recurriendo a determinadas posiciones sexuales, bien a otros trucos.

El respeto de Vatsyayana por las cortesanas de clase alta era evidente: “una Ganika”, decía, “siempre es respetada por el rey y elogiada por los eruditos y su favor siendo buscado por todo. Ella se convierte en objeto de sentido universal”.