Aromaterapia: algo más que una moda

Seguramente hay algún local de éstos en tu barrio. Y seguramente no hará demasiado que lo habrán abierto. En él se ofrecen tratamientos basados en terapias naturales, masajes, reflexología podal y, por supuesto, tratamientos basados en la aromaterapia. Incluso dan cursos sobre ella para que los alumnos puedan aprender a diferenciar y saber utilizar esas sustancias olorosas que, extraídas de plantas salvajes o cultivadas, sirven de base para elaborar los aceites esenciales, tan útiles a la hora de efectuar masajes.

La aromaterapia está de moda. Como rama particular de la herbolaria, fue el químico francés René-Maurice Gattefossé quien, a principios del siglo pasado, se propuso recuperar las sabidurías de las antiguas culturas árabes y orientales sobre el uso de las plantas naturales en la elaboración de productos de base natural que, inhalados o aplicados sobre la piel, tuvieran propiedades terapéuticas.

Gattefossé, que se había documentado en libros antiguos sobre los principales aceites esenciales, tuvo la ocasión de comprobar los efectos terapéuticos del aceite esencial de lavanda cuando, tras sufrir un accidente en su laboratorio, lo aplicó sobre la quemadura que se había hecho en la mano. A raíz de comprobar cómo esa herida se curaba, Gattefossé acuñó el término de aromaterapia para referirse a esas peculiaridades curativas de los aceites esenciales.

A raíz de él, el interés por las propiedades curativas de las hierbas, que nunca había dejado de interesar a nivel popular (no podemos olvidar el papel de curanderos y curanderas ni las recetas de herbolario de las abuelas), se hizo más intenso en círculos cercanos a la medicina y la perfumería. En los años 50, Margarita Maury, bioquímica austriaca, introdujo la idea de utilizar los aceites esenciales en el masaje.

Plantas mágicas

La lavanda, el limón, el geranio, el jazmín, la menta, el sándalo, la rosa o el neroli, por poner sólo algunos ejemplos, empezaron a ser vistos de otro modo. Por procesos de maceración, destilación o expresión son obtenidos estos aceites esenciales que, posteriormente, y antes de aplicarse sobre la piel, deben diluirse sobre un aceite base vegetal. Una mezcla adecuada sería la de verter 20 gotas de aceite esencial por cada 50 ml de aceite base.

Con esa mezcla ya realizada, ya puedes disponer de un buen aceite para disfrutar con tu pareja de una buena sesión de masaje erótico mutuo. Ya sabes que tanto el Kamasutra como los rituales tántricos inciden en la importancia no sólo del masaje, sino también de la participación del sentido del olfato en la relación erótica. Los terapeutas naturales inciden en el hecho de que los olores tienen efectos directos sobre la mente humana. Hay, sostienen, olores relajantes y olores excitantes. Como los colores, los olores actúan sobre el sistema límbico, lo que quiere decir que repercuten sobre las emociones.

De entre los aceites esenciales, hay algunos que los aromaterapeutas señalan como especialmente afrodisíacos. Entre ellos figurarían, por ejemplo, el amaro, la angélica, la canela, el cardamomo, el clavel, el cilantro, el jengibre, el jazmín, el pachuli, el sándalo y la rosa. Cualquiera de estos aceites esenciales te servirán para realizar un buen masaje erótico a tu pareja. Al placer intrínseco de acariciar su pene, sus testículos, su perineo, su vulva, su vagina o su clítoris, puede añadirse la excitación y el efecto afrodisíaco de realizar el masaje con las manos embadurnadas con algunos de estos aceites esenciales.

Cursos al alcance de todos

Sabemos que los puedes comprar en herboristerías y en tiendas de productos naturales, pero ¿no crees que sería una buena manera de compartir un tiempo de intimidad y una especie de ritual el hecho de, en pareja, preparar vosotros mismos estos productos? Para aprender a hacerlos sólo hay que apuntarse a cualquiera de los cursos de aromaterapia que a menudo se realizan no sólo en grandes ciudades como Madrid o Barcelona, sino en otras muchas capitales del Estado español, para así, conocer los trucos y sistemas de elaborar dichos aceites.

Son muchas las asociaciones o escuelas que organizan dichos cursos, tanto on-line como presenciales. Nombres como Vipassana, Heilpraktiker, Instituto ESB de Aromaterapia integrada, Aula natural o Centro Lúa figuran entre todos aquellos institutos, asociaciones o escuelas especializadas en proporcionar cursos, másteres y seminarios sobre aromaterapia. En esos cursos se enseña, tras una breve introducción que sirve habitualmente para conocer los aspectos fundamentales de la historia de la aromaterapia, el uso de los aceites esenciales, el modo de extraerlos y sus propiedades terapéuticas concretas, así como los aspectos básicos que hacen referencia a sus efectos sobre la mente y sobre las emociones.

Sabido eso, y entendido que todo aceite esencial trabaja a tres niveles (bioquímico, energético y emocional), en estos cursos se enseña a preparar aceites, alcoholes y cremas y geles; a combinarlos entre ellos y a saber cómo deben aplicarse. La inhalación y el masaje son los dos modos principales de utilización.

Combinar los aceites esenciales con el uso de una determinada música y un determinado color puede servir para reforzar las cualidades principales de dicho aceite, lo que puede ser de vital importancia cuando decidáis crear vuestro pequeño espacio tántrico, ese pequeño templo hecho para vuestro exclusivo uso y placer. Será en ese espacio particular en el que vosotros (amantes que no os conformáis con la expresión más primitiva de vuestra sexualidad, sino que deseáis convertirla en algo más espiritual y que os acerque a un tipo de relación esencialmente tántrica), disfrutareis mutuamente de vuestros cuerpos y os rindáis cumplido homenaje empleando vuestras técnicas de masaje erótico preferidas. Que vuestros cuerpos huelan a sándalo. Que al acercar tu boca al sexo de tu amado percibas un suave olor a jengibre. Que cuando hundas tu lengua en la vagina de tu pareja sientas en tu nariz la caricia fragante del jazmín. Que vuestra sexualidad se haga más rica gracias a la aportación milenaria de la aromaterapia. ¿Qué mejor terapia que la del gozo? ¿Qué mejor tratamiento curativo que el del placer?