Hay algo que nunca hay que olvidar: sólo cuando uno está a punto de reventar de vitalidad y felicidad puede dar lo mejor de sí mismo a los demás. La autoestima y la buena imagen que uno tenga de uno mismo es la base para tener una apasionada vida sexual. Cuando se está rebosante de salud, positivismo y confianza en uno mismo es cuando se puede iniciar un camino tántrico realmente gratificante.

Auto-exploración

Para que tu cuerpo esté completamente capacitado para sentir el máximo placer, es necesario que te sientas libre mental y emocionalmente. El Tantra te anima a pasar un tiempo explorando tu cuerpo y tu mente, alejado de todo, centrado únicamente en ti y en tus deseos. Estos serán los primeros pasos que debas dar para alcanzar una vida sexual satisfactoria.

Explorar cuerpo y mente

El desarrollo de tu mente es tan importante para el Tantra como el desarrollo de tu cuerpo, ya que la mente juega un papel capital en toda experiencia sensual. Para que consigas ser el amo de tu propio universo, debes invertir tiempo en cultivar tu propio pensamiento, libre de la presión de tener que interactuar con los demás. También es importante para llegar a conocer a tu cuerpo, para saber cómo funciona y cómo siente, que le prestes la atención física que necesita. Que lo cuides. Busca tiempo y espacio para hacerlo. Un buena sesión de ejercicio vigoroso y una ducha relajante ayudan a mimar ese cuerpo.

Escribir un flujo de conciencia

Te vamos a proponer un ejercicio para ayudarte a explorar tu mente y para conocerte a ti mismo.

Coge un bloc de papel y anota en él los pensamientos que te vengan a la mente, en un constante flujo de conciencia, durante cinco minutos. No importa que lo que vayas escribiendo no tenga sentido. Importa que las palabras fluyan rápidamente, sin que tu conciencia las censure o reconduzca.

Léete en voz alta las palabras. Observa qué sucede dentro de tu mente cuando las lees. Tus pensamientos ¿son positivos o son negativos? No los fuerces. Dejan que sigan su flujo y su camino, sean como sean.

Cuando hayas leído todo lo escrito , rasga el papel y lánzalo a la papelera. Siéntate en silencio durante cinco minutos. Deja que tu pensamiento se vaya difuminando y observa de qué manera tu mente comienza a sentirse más clara que antes de que realizaras el ejercicio.

Auto-regalos

Procura hacerte un regalo cada día. Un regalo de tiempo, se entiende. Puedes destinarlo a pasear por el parque. O a leer durante un rato. O a escuchar música. O a estar más tiempo a solas con tu pareja. Piensa que cada día merece la pena de ser vivido y que sólo tú tienes la facultad de vivirlo para ti mismo.

Tiempo para ti

Prográmate una cita contigo mismo cada día. Haz en esa cita lo que verdaderamente deseas y comprueba qué satisfecho te sientes después. Durante esa cita contigo mismo, céntrate en despertar tus sentidos. Cuídate. Restaña tus heridas emocionales. Cuanto más te cuides, más activo y positivo te sentirás. También más vital e intuitivo. Y más abierto a probar cosas nuevas.

El tiempo que pasas a solas es la oportunidad perfecta para disfrutar del auto-placer. Ese tiempo es el ideal para descubrir más acerca de tu mente o tu cuerpo. El Tantra celebra y estimula el auto-placer como una manera ideal de sensibilizar el propio cuerpo para que esté más abierto a la posibilidad de dar y recibir placer. Cuanto más honres y cuides tu cuerpo, más capacitado estarás para dar placer a otra persona.

Es importante alimentar y excitar a tu cuerpo regularmente. No sientas vergüenza de dedicar tiempo a tu propio cuerpo y a su placer. Deja atrás los viejos patrones de comportamiento y los frenos mentales heredados culturalmente.

El contacto con tu propio cuerpo es fundamental. Acaríciate. Tócate. Cuando eras bebé eras acariciado. Ésa era la mejor manera de sentirte bien. Ahora no tiene porqué ser distinto. La caricia es fundamental. Acaríciate y descubre de qué modo tu cuerpo reacciona a cada caricia. Descubriéndolo podrás utilizar ese conocimiento cuando llegue el momento del acto sexual. Seguramente lo que en ti funciona puede funcionar en tu pareja.

Auto-masaje

Para explorar y mimar tu propio cuerpo nada mejor que realizar sobre tu cuerpo un auto-masaje. Hazlo con amor, tal y como te gustaría que lo hiciera un amante.
Puedes utilizar, para hacerlo, algún aceite corporal. Una música de fondo puede poner el mejor ambiente para tus caricias.

Tócate conscientemente durante unos diez minutos. Nota cómo vas reviviendo las diferentes partes de tu cuerpo. Masajea tus brazos, tu cara, los hombros, las manos, el pecho, el vientre… Imagina que tus manos son las de un experto terapeuta de masaje tántrico que alguien te ha regalado.

Respira profundamente mientras te masajeas. Esa respiración profunda y consciente ayuda a oxigenar las células de tu piel. Deja que tus manos sigan rindiendo culto a tu cuerpo y que lo hagan con la pasión y creatividad que nacen naturalmente de ellas. Vete descubriendo poco a poco y sumérgete en el placer de tus propias caricias. Que ellas te lleven donde ellas quieran.