La importancia de los besos en el Tantra

Besar es un acto íntimo que juega un papel crucial en la vida sexual de la pareja. El arte del beso influye en el apasionamiento de la vida sexual de la misma. El beso sirve para transmitir los sentimientos, para generar intimidad y energía y para enviar un mensaje sutil de sensualidad a la pareja.

Las personas nos conectamos románticamente de múltiples maneras, pero sin duda el instante del beso (y, en especial, del primero) puede ser un momento decisivo. El beso es el primer indicador del nivel de química existente entre dos personas. Él es la primera prueba a pasar para saber si se desea continuar con la relación. Hay besos que atrapan irremisiblemente y besos que ponen punto final a lo que apenas acaba de comenzar.

En una relación a largo plazo o de largo recorrido, el besarse es una forma magnífica de expresar el amor y la pasión hacia el otro miembro de la pareja y también es el modo de reafirmar la importancia que esa persona a la que besamos tiene para nosotros y nuestra vida.

El beso es también una importante manera de estimular la compatibilidad sexual entre los socios y, por supuesto, una magnífica manera de ir creando la atmósfera que conducirá, sin duda, a un gran encuentro sexual.

El beso tántrico

El beso refleja la divina unión sexual de Shiva y Shakti.

El beso puede ser una experiencia sexual de gran intensidad y sensualidad. De hecho, los labios pueden asemejarse en suavidad a la yoni (vagina) y la lengua puede penetrar en la otra boca como si fuese el lingam (pene). Los besos juegan en el sexo tántrico un papel importante. Besando lugares diferentes del cuerpo, se van sembrando en ese cuerpo un sinfín de mensajes eróticos. Un buen beso puede despertar tus sentidos y, con ello, prepararlos para la meditación y el sexo tántrico.

El beso tántrico puede ser suave y tierno o, por el contrario, apasionado y gesticulante. El carácter tántrico no le viene dado por su intensidad. Es la atención que se presta al mismo y la conciencia que se tiene de él cuando se realiza lo que confiere a ese beso su peculiaridad tántrica. Hay que ser consciente de cómo se besa y de cómo se es besado. Esto hará aumentar la sensibilidad de cada uno de los miembros de la pareja.

La técnica del beso

No ponemos en duda que sabes besar bien, pero vamos a repasar algunos consejos dignos a tener en cuenta para mejorar un poco más la técnica del beso, la forma personal e intransferible que tenemos de besar.

Para empezar, es importante suavizar la mirada. Una mirada cargada de ternura es la mejor antesala del beso. Nos predispone a él. Una vez predispuestos, hay que hacer que los labios toquen suavemente los de la pareja. Tocándolos, los labios explorarán ligeramente los otros labios.

Deja ahora que tu lengua sondee suavemente la boca de tu pareja y que gire relajadamente alrededor de la punta de la lengua de tu pareja.

Muerde suavemente el labio inferior de tu pareja. Muérdelo y chúpalo, suavemente, con ternura. Esto puede resultar muy sexy.

Trata de chupar suavemente la lengua de tu pareja. Hazlo sin apresurarte, sensualmente, recreándote en la misma lentitud de ese lamido.

Besa la espalda de tu pareja y muerde sin apenas fuerza su cuello, casi en la nuca, en la parte superior de su columna vertebral. Hazlo durante unos segundos para, así, inyectar a tu pareja una pequeña dosis de placer que se vaya expandiendo, como un líquido maravilloso, por todo su cuerpo.

Iniciar las relaciones sexuales con besos

Las mujeres poseen la máxima potencia creadora. Ellas tienen la capacidad de llevar dentro de sí y engendrar una nueva vida. Para ellas, el beso es especialmente significativo. Ellos desencadenan la excitación y la intimidad. A través del beso y de sus indicios más leves las mujeres pueden saber en qué punto se encuentra la relación con respecto a su pareja. De la información que el beso lleva en sus alforjas la mujer puede inferir, por ejemplo, el grado de compromiso de su pareja.

Como resultado de dicha capacidad, la mujer puede, en función de un beso, elegir un amante en concreto o decidir si una relación sexual se va a desarrollar o no. El 85% de las mujeres no inician una relación sexual si no han besado antes. Estadísticamente, la mayor parte de los hombres entienden el beso como un medio para llegar a un fin. El beso es la puerta de entrada al sexo. El saber esto debería servir, a los miembros de una pareja, para mejorar la mutua comprensión. Por otro lado, está comprobado a nivel química que la saliva del hombre contiene cantidades medibles de testosterona que pueden afectar a la libido de la pareja. Éste, qué duda cabe, es un buen motivo para fomentar el uso del beso como acción eminentemente afrodisíaca.

Cuando dos personas se besan, realizan un complejo intercambio de información química y táctil. Ambos miembros de la pareja liberan hormonas que te hacen sentir sensual, relajado y alerta. Esas hormonas conducen a la excitación sexual. Dopamina, endorfinas y feniletilamina están ahí, en la saliva, haciendo de las suyas, excitando a los miembros de la pareja para irlos empujando, poco a poco, hacia el encuentro sexual. Las endorfinas, después de todo, son uno opiáceos naturales que aportan una profunda sensación de bienestar a la persona. Ellas te acercarán a un estado de felicidad que, seguramente, aumentará la probabilidad del orgasmo.

Si a los besos añades unas cuantas caricias, hábil y tiernamente realizadas, habrás ganado mucho en esa tarea gozosa de despertar el cuerpo de tu pareja a la posibilidad del encuentro sexual.