Espacio físico y sexualidad

Hay pocas cosas que estén relacionadas con el placer y el relax que no tengan una conexión más o menos directa con las diferentes culturas orientales. También la ocupación armónica del espacio ha sido a lo largo de los siglos una preocupación de las culturas orientales. Si los textos tántricos han señalado la influencia que el espacio en el que mantenemos las relaciones sexuales tiene sobre dichas relaciones, la cultura china se ha servido del Feng Shui, un antiguo sistema filosófico, para destacar la influencia que el espacio puede tener sobre las personas que lo ocupan.

La decoración puede actuar, así, como un elemento potenciador o inhibidor de la libido. Del mismo modo que no es lo mismo un manjar servido en una mesa correctamente dispuesta (mantel, cubertería, copas de vidrio…) que la misma comida servida de cualquier manera en una mesa de camping y unos platos de plástico, no es lo mismo el hacer el amor en un sitio desaliñado y sucio que en un lugar en el que se han cuidado todos los detalles para proporcionar una ambientación acogedora y sensual. Gente que tenía en muy alta estima el cuidado de todo lo que tuviera que ver con el placer como eran los romanos lo tenían muy claro: las familias acomodadas disponían en su vivienda de un espacio especialmente dedicado a la vida sexual. Es decir: se diferenciaba claramente lo que era el espacio de descanso y sueño de lo que era el espacio dedicado al placer más sensual.

Estudios posteriores han demostrado que esa idea de separar el espacio del sexo del espacio del descanso es fundamental para conseguir un reposo adecuado. Estudios del sueño han demostrado que las parejas que duermen juntas sufren un 50% más de problemas de sueño que los que duermen en camas separadas. Cuando hablamos del mal dormir no sólo estamos hablando de andar faltos de descanso, también estamos hablando de la posibilidad de sufrir más trastornos cardíacos, enfermedades del pulmón, divorcios, depresiones, etc.

La arquitectura de Rintaro Kikuchi

La idea de que el espacio en el que vivimos y practicamos el sexo determina la calidad de nuestra sexualidad ha llegado a calar hondo hasta en la manera de concebir la arquitectura de un artista de la talla de Rintaro Kikuchi. Kikuchi considera que la arquitectura es, en gran medida, la responsable de la escasa y poco intensa vida sexual de sus compatriotas. ¿Puede incitar al sexo un apartamento estrecho y oscuro? Así son la mayor parte de los apartamentos de Tokio: cocinas pequeñas, baños que no pueden ser ocupados por dos personas al mismo tiempo, poca luz natural… Ciertamente, no figurarían en, sirviéndonos de la expresión creada por el poeta Ángel González para titular un famoso poema, un “inventario de lugares propicios al amor”.

Rintaro Kikuchi, basándose en la visión de dichos apartamentos, ha teorizado en más de una ocasión sobre el efecto negativo que sobre la felicidad tienen o sobre cómo afectan a nuestras relaciones con los demás.

Basándose en estas teorías, Rintaro Kikuchi ha diseñado una serie de apartamentos para solteros, distinguiendo en su diseño los que están destinados a la mujer y los que, por el contario, están diseñados para pertenecer a un hombre. El de mujer tiene una barra de baile en medio del salón, además de bañera junto al balcón, ducha y cocina amplia en la que caben dos personas. El de hombre, por su parte, posee una cocina espaciosa con bar, grandes ventanales y suelo de madera.

El espacio Feng Shui

Para diseñar y organizar el espacio ajustándose a los preceptos del Feng Shui hay que tener en cuenta dos factores. El primero de ellos es la forma del espacio, es decir: los colores del mismo, los objetos que lo pueblan, la decoración… El segundo factor fundamental a tener en cuenta cuando diseñamos un espacio siguiendo las normas del Feng Shui es la fórmula a aplicar para colocar todos los objetos que forman parte del espacio y las características de los mismos. Para realizar dicha fórmula hay que tener en cuenta la fecha de nacimiento, la ocupación y los objetivos personales.

El hecho de que cada fórmula esté tocada por la varita de lo exclusivamente personal no impide que el Feng Shui tenga unas máximas comunes a todas ellas. Cuando está orientado a la potenciación de la libido y a la mejora de la vida sexual, estas máximas son:

  • – Entender que el exterior influye sobre el interior. Ninguna esquina de edificio debe apuntar hacia nuestro espacio íntimo.
  • – No debe existir nada por encima ni por debajo de la cama. El cabecero debe ser de madera y nunca de hierro o de algún otro metal.
  • – Los colores cálidos deben predominar sobre los demás. Rojo, naranja, tonos tierra… ésos son los colores que deben primar en una habitación destinada al amor.
  • – No debe haber espejos que reflejen directamente lo que está sucediendo en la cama.
  • – La simplicidad y el minimalismo deben privar. El Feng Shui no acepta el barroquismo decorativo. Tampoco acepta, y siempre que sea evitable, la presencia de un televisor, las ondas electromagnéticas o el wifi.