Ataduras eróticas

¿Has tenido alguna vez la fantasía de ser atado? Entonces eres un buen candidato para practicar el bondage. El bondage es una práctica erótica fundamentada en el hecho de restringir los movimientos de alguien, generalmente mediante la restricción de algún tipo. La persona que dirige el show o la escena recibe el nombre de dominante. La persona atada, por su parte, recibe el nombre de sumisa. El del bondage es un maravilloso juego que requiere sus propios juguetes.

Este tipo de juegos deben ser, ante todo, un tipo de juegos consensuado. Es decir: ambos participantes, dominante y sumiso, deben participar voluntariamente. A diferencia de un encuentro sexual más habitual, en el que existe un alto grado de toma y daca, el bondage requiere la presencia de un socio que asumirá el control total de la actividad y de uno que estará a la expectativa y que asumirá de manera pasiva lo que el otro socio decida hacer. Esta experiencia puede resultar muy vivificadora para la vida sexual si ésta, por el motivo que sea, se ha adormecido.

El bondage ofrece la oportunidad de prestar una especial atención a todo el cuerpo, algo que nunca acostumbra a suceder en otro tipo de encuentros sexuales, más centrados específicamente en los genitales. Cuando tu amante es atada y se encuentra en decúbito prono ante ti, su cuerpo se convierte en un lienzo en blanco que espera la intervención de tu pincel para que la obra de arte cobre cuerpo. Como socio dominante que eres, puedes utilizar en ese momento tus manos, tu lengua, tu cuerpo, el cabello o cualquier tipo de juguete erótico que tengas a bien utilizar para dejar maravillosas sensaciones sobre la piel de tu pareja. Si ella se estremece de placer, si gime de gozo, si sientes cómo sus zonas erógenas se erizan de dicha, entonces puedes tener la seguridad de que tu obra de arte ha sido perfectamente realizada.

Juguetes bondage

El bondage puede practicarse de muchas maneras. Muchos juguetes eróticos y muchas posturas pueden combinarse en su práctica. En ella, tienen una importancia capital los aspectos psicológicos del juego. Que la parte sumisa anticipe lo que va a suceder o lo imagine hace que sus sentidos estén a flor de piel y que toda su capacidad de percepción sensitiva se haga más intensa.

Para que esa capacidad sensitiva se haga mayor puede ser muy importante el uso de una venda para los ojos y el uso de diversos juguetes eróticos que añadan un componente especialmente táctil al juego. Palas, abrazaderas de pezón o pequeños flageladores pueden servir para que esa experiencia táctil se haga casi enloquecedora. Después de todo, debes tener presente algo que es muy importante y que determina todo el éxito del bondage y, por extensión, de todo tipo de juego BDSM: la excitación hace variar la percepción del dolor, modifica la ubicación de su umbral. Quizás ya lo hayas comprobado: cuando estás muy excitado, un pellizco en el pezón es una experiencia mucho más agradable que cuando ese pellizco se realiza en frío.

Para que el juego bondage se realice de una manera correcta y placentera, es necesario que exista confianza y buena comunicación entre los dos socios de juego. Esa comunicación debe existir, también y principalmente, durante el juego. Para ello, deberán establecerse algunas formas verbales y no verbales para comunicarse. Uno de los elementos que no debe faltar es una “palabra de seguridad”, esa safeword que debe servir para detener el juego en aquel momento en que el sumiso sienta que la intensidad del mismo empieza a superarle y necesite que éste se detenga.

Junto a la existencia obligatoria de esa palabra de seguridad hay otra serie de precauciones básicas que se deben tener en cuenta y que a continuación te reseñamos.

  • -Todo aquel que practique bondage debe asegurarse de que las restricciones estén colocadas de una manera correcta. Siempre debe ser posible pasar un dedo entre la cuerda o moderación y la piel de la pareja atada.
  • -Las restricciones deben de ser fáciles de quitar.
  • -La pareja atada no debe quedar sin vigilancia. Se puede fingir que se le abandona, pero no debe dejársela sola durante un prolongado espacio de tiempo.
  • -Hay que asegurarse de que las extremidades de la persona sumisa no se quedan dormidas. Mucho menos deben tomar un aspecto azulado. La sangre debe circular sin problemas por sus extremidades.

Si todavía no estás seguro de si el juego bondage o de restricciones es para ti debes hacerte varias preguntas. Una de ellas sería, por ejemplo, si te excita contemplar en alguna película pornográfica una escena en la que la mujer o el hombre sean atados. Otra, retrotraerte memorísticamente a tus años de infancia y recordar si te gustaba jugar a indios y a vaqueros y si, dentro del juego, te gustaba añadir aquella variante de atar al vaquero a un palo. Si has contestado que sí a alguna de estas preguntas es más que probable que puedas disfrutar practicando un poquito de bondage en la intimidad de tu dormitorio. La respuesta acertada te la daría el probarlo.