Placer más allá del orgasmo

Lo hemos visto en muchos artículos de nuestro blog: el orgasmo no debe ser el objetivo único del placer sexual. Reducir el placer sexual al orgasmo es podar dramáticamente nuestra capacidad para gozar y, por tanto, para ser felices. Es renunciar a los placeres del camino mitificando hasta el absurdo el punto de destino de nuestro viaje hacia el placer. La comunión entre la pareja, su capacidad para disfrutar de cada caricia, de cada beso, de todos los prolegómenos eróticos que podamos imaginar (masajes eróticos, sexo oral, estimulación anal…) son factores que deben pesar más en la vida sexual de la pareja que no el simple hecho de alcanzar o no ese orgasmo que está sobrevalorado como sólo lo pueden estar los jugadores de fútbol y los inmuebles urbanos.

En los respectivos artículos que hemos ido publicando en esta sección dedicada al Tantra y a sus rituales hemos visto cómo, desde una visión tántrica, la sexualidad debe centrarse más en el disfrute de los pequeños placeres del contacto sexual que en la búsqueda acelerada del orgasmo. En este artículo vamos a fijar nuestra mirada en lo que se conoce como método Karezza, un método sexual que, no siendo específicamente tántrico, sí defiende muchos de los postulados que defiende el Tantra.

Las propuestas de Alice Bunker Stockham

El método Karezza no es una moda nacida anteayer. Es más: posee ya más de cien años a sus espaldas. Se debe a los estudios de una de esas mujeres cuyo nombre debería figurar en letras de oro en la Historia de la Medicina, Alice Bunker Stockham.

Alice Bunker Stockham, la quinta mujer en conseguir el título de Medicina en Estados Unidos, fue una obstreta y ginecóloga de Chicago que, entre otras cosas, promovió la igualdad de género, el control de la natalidad y la satisfacción sexual femenina para, de ese modo, garantizar el éxito de la pareja y prolongar la vida matrimonial.

En 1896, Alice Bunker Stockham publicó Karezza, la ética del matrimonio, una obra en la que la autora estadounidense explicaba algunas técnicas tántricas de control corporal despojándolas del simbolismo espiritual o religioso característico del Tantra.

Al proponer el método Karezza, lo que Alice Bunker Stockham proponía era un método de disfrute erótico destinado a proporcionar mayor salud y armonía a aquellas personas que decidieran ponerlo en práctica. Para alcanzar dicho objetivo, las parejas, al practicar sexo, debían dejar de focalizar su atención en el orgasmo para, de ese modo, paladear mejor el resto de placeres que van implícitos en las diferentes prácticas sexuales de las que pueden disfrutar juntos un hombre y una mujer.

Los fundamentos del Karezza

Entre los consejos que Alice Bunker Stockham proporciona en su obra y que son la base del método Karezza figuran los siguientes:

  • Acariciarse con lentitud para tomar conciencia del cuerpo del otro. La caricia debe ser la base de la sexualidad (de ahí el nombre de este método erótico). La caricia debe servir para redescubrir la piel del otro, sus detalles más pequeños, su calor. La caricia y el tacto suave y explorador debe servir, también, para conocer el sexo del otro. Cuando hablamos de esto no estamos hablando de masturbar al otro. Estamos hablando, simplemente, de sentir en las manos la fuerza y el calor de los genitales de la pareja. Ya llegará el tiempo de la masturbación.
  • Evitar los movimientos bruscos.
  • Evitar todo lo que se pueda la penetración con fricción. Es evidente que la tentación siempre está ahí, pero hay que saber evitarla
  • Dormir pegados piel contra piel para, así, fomentar la intimidad y el contacto.
  • Potenciar los gestos amorosos como el besarse o el abrazarse. Esos gestos sirven para reforzar el vínculo afectivo y emocional de la pareja.

Potenciando todos esos aspectos, la persona podrá, de una manera más sencilla, controlar su eyaculación.

No cabe duda de que el dominio del método Karezza, al igual que el dominio de los rituales tántricos, exige tiempo y dedicación. Las prisas deben quedar aparcadas a un lado cuando se quiere dominar el método Karezza y beneficiarse de sus virtudes.

Una vez aparcadas las prisas, hay que crear un espacio privado, íntimo y acogedor que proporcione el ambiente necesario como para que la pareja se entregue única y exclusivamente al placer de disfrutarse y de gozar de su propia esencia. Música sensual, velas, incienso, luz matizada, adornos sugerentes… son muchos los factores que pueden servir para crear ese espacio íntimo en el que la pareja, con mayor facilidad y motivación, puede llevar a la práctica el método Karezza.

El Karezza es, en el fondo, y tal y como hemos visto, un método de redescubrimiento que permite a los dos miembros de la pareja volverse a ver como, quizás, se vieron la primera vez. Recuperar ese primer deslumbramiento que se esconde tras toda historia de amor es fundamental para regresar a ese tiempo inicial en el que la pasión lo puede todo y en el que se vive, por decirlo de algún modo, con el corazón en la boca. Por eso la mirada juega, en el método Karezza, una importancia capital. Mirarse mutuamente es una excelente manera de facilitar la fusión de dos yoes en un nosotros.

El Karezza, al igual que el Tantra, presta una gran atención a la respiración. Respirar bien es fundamental para relajarse, para aumentar la propia capacidad de sentir lo que se está experimentando, para abrirse a una experiencia nueva y, finalmente, para aprender a controlar la eyaculación. Sólo gracias a ese control sobre la eyaculación y a esa postergación de la misma podremos prolongar la unión placentera entre el hombre y la mujer y estrechar los lazos de la misma.

Besar, lamer, acariciar, hacer cosquillar, explorarse… ésos son los actos fundamentales del método Karezza, un método que ha contado con una importante legión de defensores que han destacado cómo la práctica regular del Karezza permite fortalecer el vínculo afectivo de las parejas, la conexión emocional y la complicidad entre los miembros de la misma. Para estas personas, el método sexual descrito por la doctora Stockham es fundamental para reactivar la vida sexual de una pareja de larga duración.

Para los detractores de este método sexual, el Karezza no es más que la aplicación desacralizada del Tantra. Y como sucede con éste, sólo proporcionará efectos beneficiosos si se practica de manera sincera. Los detractores del método Karezza ven en él, de hecho, los mismos defectos que ven en el Tantra. Para ellos, estos métodos sexuales no sirven para salvar parejas. Si acaso, sirven para que parejas que ya se llevan bien disfruten un poco más de su sexualidad. A nosotros, particularmente, si ese objetivo se consigue, ya nos parece bien.