Fobia al sexo

Aunque a bote pronto pueda parecernos extraño, se puede tener miedo al placer. Por tanto, se puede tener miedo al sexo. De hecho, hay muchas personas (más, sin duda, de las que nos creemos), que sienten algo parecido al pánico cuando deben mantener una relación sexual. ¿Los motivos? Pueden ser muchos. El miedo a no estar a la altura de las circunstancias, por ejemplo, puede actuar como barrera que impida a la persona disfrutar como es debido de las relaciones sexuales. El miedo al sexo puede arruinar la experiencia sexual y convertirse en un pez que se muerde la cola. Al no disfrutar de la relación sexual ésta se plantea como una temible obligación para con la pareja y, al ser tenido como una obligación, el acto sexual se realiza con todas prevenciones del mundo, sin dejarse ir, con el freno de mano puesto… Y así es imposible gozarlo.

El miedo al sexo no tiene género. Lo puede padecer tanto el hombre como la mujer y se puede padecer en grados tan extremos que lleguen a causar algún tipo de somatización. La crisis de ansiedad sería, en este sentido, el más habitual de todos.

Cuando hablamos de miedo al sexo estamos hablando de diferentes tipos de fobias. Una de ellas sería la fobia real a la sexualidad. Este tipo de miedo al sexo puede afectar al sexo en su globalidad o a cualquiera de los aspectos que, de un modo u otro, pueden estar relacionados con él. El miedo al sexo puede fundamentarse sobre la fobia a los genitales (propio o del otro) o sobre el miedo a la conducta coital o sobre el miedo a que el acto sexual pueda derivar en un embarazo no deseado. El miedo al sexo también puede ocultar una sensación de asco. A la persona puede darle asco mantener relaciones sexuales.

Los sexólogos apuntan cómo, de persistir el miedo al sexo, éste puede convertirse en un trastorno si lo irracional acaba por instalarse en él. Diagnosticado el miedo al sexo, hay que buscar e identificar las causas de su aparición. Puede ser una violación o un caso de abusos. Puede ser el miedo al embarazo. Puede ser (y de hecho lo es actualmente en muchos casos) la búsqueda de la perfección sexual.

Motivos y solución del miedo al sexo

La presión de los media, la sobreinformación sexual y el consumo temprano de pornografía son algunos de los factores que han hecho que los casos de miedo al sexo se hayan multiplicado en los últimos años. El porno es una mala escuela de sexología. Es algo que hemos dicho en alguna ocasión y que no nos cansaremos de repetir. El porno es cine y el cine, cine es. Intentar trasladar el tipo de relación sexual que se contempla en una película porno a la vida real es estar llamando a gritos al fracaso. El intentar imitar el tipo de comportamiento sexual que se contempla en el porno puede abrumar a una persona sin experiencia sexual suficiente como para saber que lo del porno es cine y que, como tal, no debe ser llevado a la vida real. Esta persona inexperta, al ver defraudada las propias expectativas, entra en una dinámica de miedo al sexo que le hace evitar cualquier posibilidad de mantener relaciones sexuales.

Las medidas que pueden tomarse contra el miedo al sexo pueden ser muy variadas. Para solucionarlo, y habiéndolo identificado, se debe acudir de inmediato a un especialista en la materia. La búsqueda de información y el autotratamiento son, en cualquier caso, acciones que la persona aquejada de miedo al sexo debería evitar.

Sean cuales sean las medidas adoptadas contra él, para que el miedo al sexo quede erradicado es necesario contar con el apoyo incondicional y decidido de la pareja. Que ésta elimine el concepto de culpa tanto propia como ajena a la hora de analizar el miedo al sexo es imprescindible para que el tratamiento tenga los efectos deseados. Éstos se fundamentarán sobre todo en la capacidad para que la persona que padezca miedo al sexo alcance la máxima seguridad en el ámbito sexual. Para conseguir ese objetivo hay que destruir un buen puñado de estereotipos. Olvidarse del sexo perfecto, desmitificar el sexo tántrico, reírse del romanticismo de Disney, comprender que el sexo del porno no es el sexo real que practican las personas… Eso es lo que hay que hacer si queremos acabar con esa losa que es el miedo al sexo.

Aceptado esto ¿cómo conquistar esa seguridad en uno mismo necesaria para vencer el miedo al sexo? Simplemente, como se acostumbra a conseguir la seguridad en todas las facetas de la vida: a base de práctica. La mejor manera, pues, de perder el miedo al sexo es practicando sexo.