Consejos eróticos del Ananga Ranga

Durante mucho tiempo, las ediciones en papel del Kama Sutra veían la luz en nuestro país acompañadas de un segundo texto, el Ananga Ranga. En algún otro post nos hemos referido al Ananga Ranga o “Arte hindú del amor” y lo hemos hecho hablando de él como un manual de amor de gran interés para todos aquellos que deseen mejorar su técnica amatoria y, con ello, convertirse en mejores amantes.

En el Ananga Ranga podemos encontrar no sólo posturas eróticas. También podemos encontrar métodos para retrasar la eyaculación, trucos para asegurar la concepción, modos de besar y otra serie de técnicas que, aplicadas al acto amatorio, servirán para vivir una relación sexual más intensa y excitante. Entre esas técnicas, Kalyana Malla, autor del Ananga Ranga, incluye las de las diversas formas de morder.

Pocas cosas tan útiles como el mordisco erótico a la hora de demostrar la pasión en el seno de la relación sexual. La sensualidad de un mordisco debe servir como una especie de afrodisíaco para quien es mordido o mordida.

Tipos de mordiscos eróticos

En el Ananga Ranga se distinguen siete tipos de mordiscos eróticos.

  1. El mordisco secreto (o Gudhaka-dashana), en el que se muerde la parte interna o roja de los labios de la pareja sin dejar señal alguna en su parte exterior.
  2. Los mordiscos en el rostro (o Uchun-dashana) deben ser dados con extremo cuidado para no dejar señal y pueden ser dados en las mejillas y en cualquier zona de los labios.
  3. Los mordiscos de coral o (Pravalamani-dashana). En este mordisco erótico, el hombre muerde los labios de la mujer. Kalyana Malla habla de este tipo de mordisco erótico como una maravillosa unión entre los dientes del hombre y los labios de la mujer y que sirve para transformar el deseo en una llama que arde.
  4. Los mordiscos por puntos o gotas (o Bindu-dashana) son dados en el labio inferior o en la zona donde las cejas finalizan y dejan en las zonas mordidas la señal de los dientes.
  5. Un rosario de mordiscos (o Bindu-mala). Este tipo de mordisco erótico se ejecuta técnicamente como el anterior pero se realiza dejando una hilera de puntos.
  6. Mordiscos en abundancia (o Khandabhrak). De este tipo de mordisco erótico recogido por el Ananga Ranga podríamos hablar, también, como de un reguero de mordiscos. Y es que es eso lo que en el fondo es este tipo de mordisco erótico: un rastro de señales de dientes dejadas en mejillas, cejas, cuello y pechos de la pareja.
  7. Mordisco de huellas duraderas (Kolacharcha). En el texto de Kalyana Malla, este mordisco erótico es un mordisco con sabor a despedida. Es un recuerdo que deja el hombre en el cuerpo de su mujer para que ésta, en su ausencia, recuerde la pasión que su pareja siente por ella.

Otros mordiscos eróticos

A estos mordiscos eróticos podemos añadir algunos que no aparecen claramente especificados en el Ananga Ranga y que, sin duda, aportarán a la relación erótica un plus de ardor y excitación.

Imagina, por ejemplo, los efectos electrizantes que puede tener un mordisco en el clítoris. Éste, que deberá ser siempre suave (el clítoris es una parte del organismo femenino sumamente sensible y un trato incorrecto por parte del hombre puede causar un intenso dolor en la mujer), deberá combinarse con succiones y lamidos para, así, dar un resultado ciertamente enloquecedor a ese cunnilingus adornado con mordiscos.

La parte interna de los muslos, zona también muy sensible, es una zona muy apropiada para ser estimulada a base de mordiscos eróticos.

Éstos acostumbran a ser muy efectivos también cuando se dan en los pezones. El pezón es una zona especialmente sensible tanto de la anatomía masculina como de la femenina. Muy importante en los juegos eróticos en general y en los juegos BDSM en particular, los pezones son territorio abonado al mordisco erótico. Darlo con suavidad y sabiduría supone, siempre, garantizarse una dosis importante de éxito.

Lo mismo sucede con el cuello. Al morder el cuello, además, proyectamos una imagen que, pese a estar extraída del cine de terror, siempre ha estado marcada por un componente erótico muy fuerte: la de Drácula mordiendo a su víctima y obteniendo su sangre para, así, poder vivir por los siglos de los siglos. En cierto modo, este mordisco erótico, el mordisco de Drácula, viene a ser un símbolo de cómo, en el sexo, en el fragor del deseo desatado, absorbemos la energía sexual de la otra persona (mientras entregamos la nuestra) para así disfrutar de una vida si no más larga sí más intensa y mejor.

Como acostumbramos a decir, todo lo que suponga gozar de una vida sexual más intensa y satisfactoria es bien recibido, se llame beso o se llame mordisco. Después de todo, el mordisco erótico nos acerca a nuestra parte más animal y en el sexo, si se hace bien, debe aflorar ese animal que todos llevamos dentro. Sólo así lo gozaremos en su máxima expresión.