Masaje terapéutico de los pies

Ya lo decíamos en uno de los artículos que hemos dedicado en este espacio a los masajes de pies: los pies son territorio erógeno. En ellos confluyen un sinfín de terminaciones nerviosas, lo que hace que sean un órgano de nuestro cuerpo especialmente sensible. Y en ese mismo artículo del que hablamos apuntábamos cómo los defensores de la reflexología y la reflexoterapia mantienen que cada órgano de nuestro cuerpo se encuentra reflejado en un punto determinado del pie.

En este artículo de hoy vamos a profundizar en dicha idea. Asumiendo que la barrera que separa un masaje erótico de un masaje terapéutico puede ser muy fina y que los trazos que sirven para estimular una zona erógena pueden servir, también y en cierta medida, para tratar de manera terapéutica dicha zona, vamos a asomarnos mínimamente al universo de la reflexología podal para, de ese modo, ampliar nuestro conocimiento sobre los efectos que puede tener no sólo para nuestra libido, sino para todo nuestro organismo, el masaje podal.

La reflexoterapia podal es una técnica milenaria que se ha demostrado que ya se utilizaba en el Antiguo Egipto (hay papiros que hablan de ello), en la antigua China y en algunas tribus nativas de los Estados Unidos. Los cherokees de Carolina del Norte, por ejemplo, realizaban unas ceremonias en las que, mediante el masaje de los pies, se renovaban las energías que llegaban a ellos fluyendo desde la tierra. No en vano, los pies son la parte de nuestro cuerpo que más en contacto están con la tierra y por la que la energía que ella puede transmitir llega a nuestro organismo. Los egipcios, por su parte, estaban convencidos de que el masaje de ciertos puntos del pie servía para aliviar el dolor o el malestar de determinados órganos y partes del cuerpo.

La persona encargada de recoger gran parte de esta sabiduría ancestral para alumbrar la reflexología podal moderna fue William Fitzgerald, un médico estadounidense que descubrió que el realizar presiones en determinadas partes de pies y manos tenía efectos anestésicos en otras partes del cuerpo como podían ser la nariz o la garganta. Basándose en sus comprobaciones y en su experiencia, Fitzgerald estableció que el cuerpo humano se halla atravesado longitudinalmente por diez meridianos, cinco en cada mitad del cuerpo. Esos meridianos, apuntó este médico estadounidense, ponen en conexión diferentes partes y órganos del cuerpo. Fue con posterioridad a los estudios y aportaciones de William Fitzgerald cuando Eunice Ingham, masajista, realizó una especie de mapa del pie en el que aparecían las distintas áreas reflejas del pie que se corresponderían con el cuerpo entero.

El objetivo de la reflexología podal es, pues, influir a nivel reflejo sobre determinadas dolencias sirviéndose de los conocimientos que se poseen sobre conexiones nerviosas existentes entre segmentos internos de órganos, músculos y piel.

Para alcanzar dicho objetivo hay que seguir los siguientes pasos:

  1. Lavar correctamente los pies.
  2. Realizar flexiones, extensiones y rotaciones de tobillos y dedos del pie, así como palmoteos en su dorso y en su planta para, de ese modo, preparar el pie para el masaje.
  3. Cubrir el pie con aceite de masaje.
  4. Una vez conocido el mapa del pie y sus puntos reflejos, dividirlo en sistemas para, a continuación, tratar minuciosamente dichos puntos y, con ello, actuar sobre los órganos y sistemas sobre los que se desea influir.

Beneficios y contraindicaciones de la reflexología podal

Los defensores de la reflexología podal afirman que la práctica de ésta puede ayudar a conseguir un mejor equilibrio físico y mental, así como a prevenir una serie muy variada de síntomas y dolencias.

Entre los beneficios que podrían derivarse de la reflexoterapia podal podemos destacar los siguientes:

  • Relaja.
  • Alivia el estrés.
  • Activa la circulación sanguínea.
  • Afloja contracturas.
  • Reduce el dolor de cabeza.
  • Activa el sistema inmunológico.
  • Favorece la depuración y eliminación de toxinas.
  • Equilibra los distintos sistemas.
  • Mejora la calidad del sueño.

Pese a los múltiples beneficios que parecen derivarse de la práctica de la reflexología podal, hay unos casos en los que no se recomienda la aplicación de la misma. ¿Cuándo no debe practicarse la reflexoterapia podal?

  • Cuando se padezcan procesos agudos de fiebre.
  • Cuando se padezcan enfermedades isquémicas del corazón tales como angina de pecho, infarto de miocardio, etc.
  • Cuando se padezca alguna infección alguna.
  • Cuando se esté embarazada y el embarazo sea de alto riesgo.
  • Cuando se padezca osteoporosis en el pie o en la pierna.
  • Cuando se padezca flebotrombosis, trombosis, tromboflebitis o flebitis.

Esperamos que las ideas básicas que hemos intentado transmitir aquí sirvan para tomar conciencia de la importancia que puede tener todo masaje y de qué modo no debe despreciarse cualquier trazo de masaje, erótico o no, que vayamos a realizar sobre el pie de nuestra pareja.