Conservar el semen e impedir que sea escupido al exterior al eyacular: ése es el objetivo principal del Vajroli Mudra, una práctica tántrica perteneciente a la fase más avanzada del sexo tántrico mediante la cual se cierra a conciencia y según la propia voluntad el esfínter uretral. Así, el Vajroli Mudra es un ejercicio tántrico destinado a obtener un control absoluto sobre los músculos sexuales.

Para practicar el Vajroli Mudra hay que sentarse en una posición cómoda, manteniendo en todo momento la espalda recta y las manos sobre los muslos. Una vez sentados así, debemos concentrar toda nuestra atención en el esfínter de la uretra, que se haya situado en la base del pene. Concentrando toda nuestra atención ahí, sentiremos el músculo que se encarga de cerrar dicho esfínter. Una vez hayamos visualizado dicho esfínter y el músculo que lo regula, tomaremos aire, mantendremos la respiración y, a continuación, contraeremos dicho esfínter. ¿Cómo? De la misma manera que lo haríamos si, orinando, deseáramos retener la orina. Al hacer esto, debemos contraer el vientre como si, de alguna manera, lo eleváramos cuerpo arriba. Al realizar esta contracción abdominal estamos, simbólicamente, absorbiendo la energía que se encuentra en nuestros genitales y reconduciéndola hacia nuestro vientre.

Tras retener el aire durante algunos segundos debemos dejarlo ir lentamente al tiempo que relajamos la contracción abdominal. Una vez la hayamos relajado, volveremos a realizar todo el ejercicio descrito. Para dominar el Vajroli Mudra y, así, conseguir tener un absoluto control sobre el esfínter uretral y, con ello, sobre el acto de la eyaculación, debemos repetir este ejercicio varias veces. ¿Cuántas? Cuantas más mejor, pero a todas aquellas personas que se estén iniciando en el Vajroli Mudra hay que decirles que en los primeros ejercicios no se recomienda realizar más de diez repeticiones, ya que, al igual que sucede con el entrenamiento de todo músculo desentrenado, se corre el riesgo de que aparezcan agujetas, lo que resultaría muy molesto.

En algunas escuelas tántricas se recomienda realizar el Vajroli Mudra tras haber realizado un ejercicio previo consistente en ingerir un par de litros de agua con el estómago vacío. Una vez se haya ingerido esa cantidad de agua y haya pasado una hora, iremos al baño para, allí, orinar y, con ello, vaciar la vejiga. Al orinar, sin embargo, practicaremos la contracción muscular que nos permite retener el líquido y que es la base el Vajroli Mudra. Mientras vaciamos la vejiga se recomienda realizar varias contracciones (tampoco demasiadas para, tal y como hemos indicado antes, no padecer después agujetas).

Beneficios del Vajroli Mudra

Uno de los grandes beneficios de la práctica del Vajroli Mudra, más allá del control que se aprende a ejercer sobre el aparato urogenital, es que se incrementa el riego sanguíneo en la zona genital y eso, en el caso del hombre, se traduce en unas mejores erecciones. La práctica del Vajroli Mudra, además, resulta muy apropiada para tratar una amplia gama de disfunciones sexuales. La eyaculación precoz sería, sin duda, una de ellas; pero también la anorgasmia, en el caso de las mujeres, podría ser tratada mediante la realización del ejercicio que se describe y recomienda en este artículo.

Una de las grandes ventajas del Vajroli Mudra es que, una vez que se adquiere cierta práctica para realizarlo, puede practicarse en cualquier lugar, tanto cuando se está sentado o sentada en la oficina, como cuando se viaja en transporte público o en la sala de espera del dentista.

El Vajroli Mudra, además, provoca el despertar del chakra Swadhistana, que es el chakra encargado de controlar los fluidos del cuerpo humano, es decir: la orina, la bilis, el sudor, la linfa, el semen, las secreciones vaginales, la leche materna o el sangrado menstrual. El hecho de despertar este chakra favorece el equilibrio corporal y espiritual.

La práctica del Vajroli Mudra puede, también, provocar una cierta excitación sexual. Si se diera el caso, el consejo tántrico que suele darse es que, una vez se haya acabado el ejercicio, se debe respirar profunda y lentamente ocupando la mente en pensar que ese hormigueo de excitación que se siente en los genitales abandona a éstos y, ascendiendo por el vientre, se reparte por el cuerpo.