Algo más que un coito

Hay un término sánscrito fundamental en el Tantra. Ese término es Maithuna. Cuando hablamos de Maithuna estamos hablando de una unión sexual que tiene lugar dentro de un ritual. En dicho ritual se reproduce la danza y unión cósmica entre lo femenino y lo masculino. En la tradición tántrica, estos dos principios, el masculino y el femenino, están representados por las figuras de Siva y Shakti, respectivamente. La unión de estos dos principios debe realizarse una vez que uno y otro se encuentren limpios mental y corporalmente. Los ejercicios respiratorios y relajadores son fundamentales para conseguir esa “sanación” sin la cual el ritual Maithuna no puede tener lugar. Por eso este ritual no puede realizarse en poco tiempo.

Una relación de sexo fugaz no puede participar de los placeres que el Maithuna puede proporcionar a una pareja que desee entregarse al sexo sin prisas ni atropellamientos, disfrutando en todo momento de un lento viaje que conducirá, finalmente, a un orgasmo de una intensidad especial.

El Tantra no es sólo unión sexual. El Tantra, como filosofía vital, engloba muchos más conceptos que el que hace referencia al simple coito. Siendo éste importante, lo es mucho más, sin duda, todo el camino recorrido hasta llegar a él y, con él, al orgasmo. Maximizar a éste es el objetivo primordial del Maithuna. Para conseguirlo, nada mejor que ahondar y mejorar detalles y preparativos. Las técnicas de Maithuna, así, estarán orientadas en todo momento a postergar el orgasmo. Al conseguir esta postergación del orgasmo se conseguirá prolongar el placer, enriqueciendo así la vida sexual y consiguiendo un mejor estado de salud global del individuo.

Niveles de actuación Maithuna

Antes de llegar a la penetración, el camino de Maithuna señala cinco niveles de actuación.

El primer nivel de actuación es el nivel mental. En este lento camino que debe conducirnos al goce máximo es de vital importancia ser capaces de visualizar el placer. La visualización del placer por parte de los dos miembros de la pareja es la mejor manera de realizar una primera tarea de coordinación para buscar, juntos, el placer compartido.

El segundo nivel de actuación en el Maithuna es el nivel de la mirada. Ver a la pareja desnuda excita. Cargar la mirada de erotismo y llenarla de él gracias a la contemplación de la pareja desnuda es una buena manera de gozar de los preliminares sexuales. La mirada desencadena la excitación sexual y mantenerla activa durante el beso o la penetración es importante para incrementar dicha excitación. Cerrar los ojos a la impagable contemplación de la excitación de la pareja no es buena idea si lo que se desea es incrementar la libido y, con ella, el placer sentido durante todo este largo viaje hacia el orgasmo.

El nivel de la palabra sería el tercer nivel Maithuna antes de llegar a la penetración. El silencio no es bueno a la hora del sexo. Una adecuada combinación de la forma de hablar, del tono empleado y de las palabras dichas (está más que comprobado el efecto afrodisíaco del dirty talk) debe servir para estimular la sexualidad, promover la excitación y alimentar las fantasías que entre los dos miembros de la pareja se deseen construir.

El cuarto nivel Maithuna sería el nivel de la caricia. Parece difícil concebir el sexo sin la existencia fundamental e incendiaria de la caricia. La caricia debe ser realizada con absoluta delicadeza. Acariciar es un arte. Quien domina dicho arte domina gran parte del arte amatorio. El uso de las manos es primordial para excitar y obtener placer.

El último nivel Maithuna es el nivel del beso. El beso es uno de los principales mecanismos de estimulación sexual. Un beso dado con suavidad y suavemente succionador es la mejor manera de estimular a la pareja. Explorando con lentitud, utilizando la punta de la lengua de manera adecuada y entregándose completamente en el beso: así deben darse esos besos que poco a poco irán acercándonos al gozoso momento del orgasmo. Llegado éste, el Maithuna habrá cumplido su función.