Cuerpo y mente

No sólo existe una forma de dar masajes. Son diversas las escuelas y, por tanto, diversas las formas de proporcionar masajes. Aunque el objetivo perseguido por todas ellas sea el mismo, las técnicas empleadas no lo son. Tras cada una de esas formas hay una tradición que la sustenta. Que estas tradiciones sean utilizadas para mejorar la técnica a la hora de realizar un masaje erótico es algo que depende de la voluntad integradora y experimentadora del masajista o la masajista de turno. Incorporar nuevas técnicas puede ser una buena idea para conseguir que el masaje erótico adquiera efectividad y mayores dosis de sensualidad y erotismo.

Una de estas escuelas de masaje es la que se fundamenta en el llamado masaje de Reich o masaje reichiano. Este tipo de masaje debe su nombre a Wilhelm Reich. Reich, que fue discípulo de Sigmund Freud, fue un polémico médico, psiquiatra y psicoanalista austriaco-estadounidense que fue perseguido por los nazis tanto por sus ideas como por su condición de judío y que, posteriormente, en Estados Unidos, fue acosado por las huestes anticomunistas del senador McCarthy hasta el punto de ser encarcelado. La defensa de una terapia psiquiátrica que se apoyaba en prácticas heredadas de las filosofías orientales y la defensa de una sexualidad libre y madura para conseguir el equilibrio mental lo convirtieron en uno de los tótems y puntos de referencia de los movimientos underground que durante la década de los sesenta y principios de los setenta causaron furor entre la juventud de la época.

El alejamiento de Reich de los planteamientos de Freud fue debido fundamentalmente a una discrepancia metodológica e ideológica con los psicoanalistas más radicalmente freudianos sobre la importancia que adquiere lo somático en los problemas psicológicos.

Para Reich, “la psique de una persona y su musculatura voluntaria son funcionalmente equivalentes”. ¿Qué quiere decir eso? Simplemente, que cada problema psíquico tiene un reflejo muscular o postural. Por ejemplo: una persona con miedos acumulará inevitablemente tensión muscular tanto en muslos como en hombros. Esa contracción muscular sería, según Reich, una defensa inconsciente del individuo contra ciertas represiones mentales o contra ciertos problemas psíquicos. Ese mecanismo inconsciente de contracción muscular acaba creando una especie de “coraza corporal” y es esa coraza, precisamente, la que hay que derribar con las técnicas de masaje reichiano. Por eso el contacto físico es, desde el punto de vista de Reich, fundamental para mejorar el estado mental de la persona.

Desbloquear progresivamente las diversas partes de nuestro organismo (cráneo, cuello, diafragma, vientre y cadera) es el camino que hay que seguir para conseguir una correcta salud mental. Fuertes compresiones que estimulen ciertos reflejos y algunas trepidaciones enérgicas alternadas con toques más suaves son, en cierto modo, los tres toques fundamentales en un masaje reichiano.

El masaje bioenergético

Muchas de estas técnicas y muchas de las ideas aportadas por Reich desde el mundo de la psicología y de la psiquiatría al mundo de los masajes fueron tenidas en cuenta por un discípulo suyo, Alexander Lowen. A Lowen, médico psicoterapeuta, le debemos el nacimiento de la Bioenergética. Él hizo suya una idea fundamental en el pensamiento reichiano. Esa idea es la de pensar que todas las emociones de carácter negativo que no son liberadas provocan una determinada tensión que se va acumulando en una parte determinada del cuerpo. Esas partes del cuerpo en las que se acumula la tensiones reciben el nombre de marmas o puntos nodales. Estos puntos son, precisamente, los que deben ser presionados y tratados en el masaje bionergético.

La teoría del masaje bioenergético apunta que existen 107 marmas en el cuerpo y que cada uno de ellos coincide con un punto de encuentro entre huesos, vasos sanguíneos, ligamentos, articulaciones o músculos. El amasamiento, la digitopuntura, la fricción o la acupresión (presión con los dedos en la palma de la mano, del pie o en el pabellón auricular) deben servir, combinados, para liberar la tensión de esos marmas. Esta acción combinada sobre los sistemas linfático, circulatorio y muscular tiene, entre otras y según los practicantes de este tipo de masaje, las siguientes ventajas:

  • -Elimina tensiones crónicas en músculos, tendones y articulaciones.
  • -Mejora la circulación sanguínea.
  • -Favorece la creación de leucocitos.
  • -Regenera la energía vital.
  • -Libera ansiedad y niveles de estrés.
  • -Restablecimiento del equilibrio psíquico y emocional del individuo.

Todos estos objetivos que son los que persigue el masaje bioenergético y que podrían haber sido firmados por Wilhelm Reich. Después de todo, Reich era, por encima de cualquier otra consideración, un psiquiatra preocupado por la estabilidad psíquica del ser humano. Para él, para conseguir esa estabilidad psíquica, ese estado mental perfecto, es de vital importancia mantener una satisfactoria vida sexual. Sin una correcta vida sexual la persona tiene una mayor dificultad a la hora de liberarse de sus tensiones psíquicas.

Una buena manera de mejorar esa vida sexual es convertir el masaje erótico en una práctica relativamente habitual dentro de nuestros hábitos de vida. Nada mejor que un buen masaje erótico para, por ejemplo, mejorar la autoestima. Incorporar a nuestro masaje erótico algún tipo de toque propio del masaje reichiano o del masaje bioenergético puede ser una buena idea para, así, conseguir una mayor relajación del individuo y, con ello, hacer que el masaje erótico resulte más efectivo y placentero.