Culminando juntos

Conseguir el orgasmo simultáneo es uno de los mayores retos de toda pareja. De alguna manera, el orgasmo simultáneo es la prueba del algodón de la armonía sexual entre un hombre y una mujer, el acta notarial que da fe de la intensidad erótica y emocional de una sexualidad compartida.

El orgasmo simultáneo ya era alabado en los textos clásicos del erotismo. En El jardín perfumado del jeque Zafzawi, sin ir más lejos, ya se hablaba de la culminación simultánea como de un objetivo erótico que debería ser perseguido por toda pareja. Zafzawi decía que en el orgasmo simultáneo radicaba el secreto del amor.

El mantenimiento a rajatabla de esta idea, sin embargo, comporta un riesgo evidente: el de, paradójicamente, causar un efecto contrario al perseguido. De hecho, si la pareja se obsesiona con la consecución del orgasmo simultáneo y éste no llega, la frustración puede adueñarse de ella y el sexo puede convertirse en algo difícil y artificioso, exactamente lo contrario de lo que el sexo, para ser satisfactorio, tiene que ser en realidad. El acto de hacer el amor tiene muchos aspectos placenteros. Obsesionarse con el fin del viaje implica perderse los matices del camino y las pequeñas bellezas existentes en él. Nada peor que la atadura de una obsesión para poder disfrutar de algo que, por sí mismo, debe ser absolutamente libre.

Conocer y conocerse

Si, a pesar de todas estas advertencias, tu pareja y tú os sentís tentados por el reto de alcanzar el orgasmo simultáneo, lo primero que debéis hacer es conocer vuestras propias sexualidades y vuestras propias respuestas a los diferentes estímulos eróticos. Sólo conociendo eso podréis sincronizar vuestras respuestas sexuales.

Una buena manera de conocer esas respuestas es descubrir y observar cómo se masturba cada uno y, lógicamente, masturbarse mutuamente. Nada mejor que estimular manual u oralmente los genitales de la pareja para conocer cómo reacciona ésta a cada caricia, a cada estímulo, y en qué momento su cuerpo se encuentra más cercano al orgasmo. Descubrir cómo presionar, con qué intensidad y ritmo o desde qué ángulo, puede servir para acelerar o frenar la excitación de cada uno de los miembros de esa pareja que está buscando ese El Dorado que es el orgasmo simultáneo.

El conocimiento de la propia sexualidad permitirá, también, que pueda ejercerse un cierto control sobre el orgasmo. Esto es fundamental en el caso del hombre, que acostumbra a ser (los datos científicos y los diferentes estudios lo revelan) el miembro de la pareja que más rápidamente alcanza el orgasmo. La eyaculación precoz se encuentra más extendida de lo que a simple vista puede parecer y es uno de los grandes enemigos del orgasmo simultáneo. Con práctica y esfuerzo el hombre puede aprender a controlar su eyaculación. Eso le permitirá “esperar” a la mujer y poder sincronizar con ella su orgasmo. Una técnica respiratoria adecuada y una práctica reiterada de ejercicios Kegel le permitirán ese control eyaculatorio.

Trucos para controlar la excitación sexual

Flotar al borde del orgasmo no es la única técnica que hay que tener en cuenta para alcanzar el orgasmo simultáneo. También hay que contar con otra serie de “trucos”. Para saber qué truco utilizar en cada momento, sin embargo, será absolutamente necesario estar pendiente no sólo a las propias sensaciones. También habrá que estar ojo avizor para detectar las variaciones en el nivel excitativo de la pareja.

Por ejemplo: si tú te encuentras al rojo vivo y ella no está muy excitada, deberás prestar especial atención a su estimulación. Buscar su postura erótica preferida o estimularla manual u oralmente mientras tú intentas calmarte serán recursos a tu alcance para intentar llevarla al mismo punto de excitación que tú tengas en ese momento.

Si, por el contrario, tú eres el socio menos excitado, intenta servirte de las técnicas y los placeres del voyeur para hacer que tu temperatura erótica suba. Escucha los gemidos de tu amante, su respiración agitada, mira cómo su cuerpo se crispa y se retuerce, cómo se dobla, cómo intenta frotarse contra el tuyo mientras su expresión cambia y sus labios se tornan más rojos y gruesos mientras sus ojos cabalgan hacia el éxtasis y su vagina se vuelve cada vez más húmeda… La visión del placer de la mujer acostumbra a ser un maravilloso afrodisíaco para el hombre. Concéntrate en esa visión si andas en pos del orgasmo simultáneo.

Tanto en un caso como en otro de los dos anteriores será necesario el conocimiento mutuo. Por eso es importante, si se quiere alcanzar el orgasmo simultáneo, que exista una buena comunicación en el seno de la pareja. No hay que tener vergüenza a la hora de pedir más o, por el contrario, menos intensidad en un momento determinado del coito. La sinceridad debe ser absoluta y la franqueza, total. Ello, en teoría, debe ser más sencillo de encontrar en una pareja que tenga un cierto recorrido de vida sexual en común. Será ahí, en el seno de esa pareja, donde pueda encontrarse la empatía, la confianza y el conocimiento mutuo que permita sincronizar la excitación sexual de ambos cuerpos.

Prolongar los preliminares sexuales y buscar la postura erótica adecuada para ambos miembros de la pareja serán dos de los factores que influyan de una manera determinante en la posibilidad de conseguir el tan anhelado orgasmo simultáneo. En cualquier caso, la experimentación es la clave. Cuantas más veces haga una pareja el amor, más fácil le resultará alcanzar el orgasmo simultáneo. Si te has planteado alcanzarlo, ya sabes… deja de mirar la pantalla del ordenador y vete a buscar a tu pareja.