La semilla danesa

La idea surgió hace ya unos años en Dinamarca, el país que tiene el honor de haber sido el primero en despenalizar la comercialización de la pornografía. Allí, en la residencia Thorupgarden, de Copenhague, los ancianos internos en la misma lanzaron una propuesta a la dirección del centro. ¿Por qué no programar el visionado, en circuito cerrado, de películas porno? ¿Por qué no permitir que dichos ancianos tuvieran acceso a algún tipo de encuentro sexual con prostitutas contratadas para el caso una vez al mes? Se hizo, y se observó que el ánimo y la salud de los ancianos mejoraba hasta el punto de que podía eliminarse el consumo de determinadas pastillas o medicamentos.

Este tratamiento, que en principio iba orientado a asistir a internos en geriátricos, se hizo extensivo posteriormente a personas con algún tipo de diversidad funcional. ¿Por qué las personas discapacitadas debían renunciar, por algún accidente o enfermedad, a algo tan humano como la sexualidad? La cuestión fundamental de humanidad que la pregunta planteaba hizo que se preparara un plan de actuación y asistencia gracias al cual aquellos discapacitados que lo solicitaran podían, una vez al mes, ser “atendidos sexualmente”.

Desde esta experiencia, el debate sobre la asistencia sexual a personas con Diversidad Funcional se fue extendiendo, de distinto modo, por los diferentes países europeos. Suiza es el país que más lejos ha llegado en cuanto a reglamentar este tipo de asistencia. En el país alpino se llegan a organizar encuentros mensuales y los asistentes y asistentas son personas certificadas para su tarea con un diploma universitario. De una forma u otra, en Dinamarca, Suecia, Holanda y Alemania la asistencia sexual a discapacitados se viene practicando de manera más o menor regular.

En Bélgica, por ejemplo, actúa una asociación de carácter solidario que se mueve entre las aguas de una alegalidad que hace la vista gorda ante lo que no está regulado.

Voluntariado erótico en Barcelona

De esa asociación tomó su ejemplo Tandem Team, una asociación sin ánimo de lucro fundada en Barcelona en octubre de 2013 por Francesc Granja y que, entre otros múltiples servicios (asistencia personal puntual o periódica, apoyo psicológico, búsqueda de empleo, acompañamiento en viajes, atención psicosexual a distancia, talleres de masaje sensitivo, tantra, sexualidad y desinhibición…), ofrece a las personas discapacitadas la posibilidad de compartir su intimidad o su sexualidad con una persona (un o una asistente sexual) que esté familiarizada con la funcionalidad de su cuerpo.

La asistencia sexual a dichas personas es realizada por voluntarios y voluntarias que tienen un mínimo de experiencia sociosanitaria, que no se mueven por motivaciones económicas y que tienen sobre la sexualidad una concepción que no se limita única y exclusivamente a lo genital.

Tandem Team, que mantiene el principio de que los seres humanos no hacemos sexo, sino que somos sexo, y de que hay tantos tipos de sexualidad como seres humanos, cuenta en la actualidad con cerca de una cincuentena de usuarios y 15 voluntarios. Entre los voluntarios, el número de hombres y mujeres mantiene un equilibrio casi matemático.

Tandem Team, como asociación sin ánimo de lucro que es, no cobra por poner en contacto a asistentes y usuarios, y recomienda que, en caso de existir compensación económica entre ellos, no sobrepase en caso alguno la cifra de 75 euros. Según los datos de que consta la asociación, en el 50% de los casos no hay coito. Después de todo, tal y como señala la propia asociación en su página web, “una caricia, una mirada o una relación genital pueden dar el mismo tipo de placer en función del momento, de la persona o del lugar donde se realicen”.

En esa tarea de intermediación entre usuarios y asistentes, Tandem Team tiene en cuenta, principalmente, los factores psicológicos del usuario. Si se detectan personas dependientes psicológicamente, se les aconseja no recurrir a un asistente. Hacerlo podría hacer que el usuario confundiese lo que es una asistencia profesional con una relación de carácter más personal.

La formación de los asistentes es algo que empieza a desarrollarse en España. La Asociación Nacional de Salud Sexual y Discapacidad (Anssyd), ubicada en Alella, Barcelona, por ejemplo, organizó el pasado 14 de marzo y junto a Sex Asistent (otra organización de asistencia catalana, pionera en el campo y que ya en 2012 inició su andadura), el primer curso en España de acompañamiento y asistencia sexual. En ese curso se enseña al asistente sexual cómo actuar ante determinadas circunstancias y situaciones. El curso, abierto desde fisioterapeutas hasta profesionales del sexo, constó con 15 inscritos. La formación de prostitutas como asistentas es algo, pues, que está despertando, finalmente, en España. Si el ejemplo cunde, quizás pueda constatarse que es cierto lo que Tandem Team mantiene: que no puede negarse la condición sexuada del ser humano y que la persona que puede expresarse sexualmente tiene mejor calidad de vida que aquella que no lo hace.