El Tantra y la imagen de ti mismo

El Tantra nos enseña que cuanto mejor imagen tengamos de nosotros mismos, más sana será nuestra vida sexual. Para que esa imagen de nosotros mismos sea como la deseamos, qué duda cabe que hay que saber apreciar, disfrutar y mimar nuestro propio cuerpo. En una palabra: cuidarlo. El cuidado del cuerpo es una tarea que permitirá que tus chakras se abran más fácilmente y, con ello, puedas disfrutar de una vida más feliz y relajada.

Honra tu propio cuerpo

Cuidar de ti mismo de una manera tántrica puede consistir en algo tan simple como hacer ejercicio con regularidad, recibir masajes y llevar una dieta equilibrada. Una alimentación sana y ejercicio físico rutinario es fundamental para que disfrutes de buena salud. Para ello, busca un ejercicio con el que disfrutes y que tengas opciones de poder realizar. Esto puede ser tanto pasear por la naturaleza como hacer jogging o como fortalecer tu cuerpo con Pilates o yoga. También sirve para esto bailar con tu pareja. La cuestión es llenarte de energía, sentirte feliz y poder, de una manera u otra, relajarte y alejarte del estrés cotidiano.

Nunca te sientas culpable por abandonar según qué tareas para cuidar de ti. Ese tiempo que dedicas a tu cuidado personal es fundamental para que en otras facetas de tu vida (también en la laboral, si es ésa la que te preocupa prioritariamente) puedas desarrollar todo tu potencial. Una buena imagen de ti mismo te subirá la autoestima y una persona con autoestima (sin excesos) es la mayor garantía para ser feliz y, al mismo tiempo, hacer feliz a su pareja.

Una vida sexual satisfactoria es una de las mejores maneras que puedes encontrar de cuidar de ti mismo. El sexo te ayuda a reír, a relajarte y a dormir mejor. Sólo tienes que observar cómo reacciona tu cuerpo cuando haces el amor. Tus sentidos se intensifican, se te acelera el pulso y una gran sensación de vitalidad te recorre entero. ¿No crees que te mereces sentirte así tantas veces como te sea posible? Para llegar a eso, debes empezar a sentir de una manera mucho más sensual y erótica tu cuerpo.

Descanso y relajación

El Tantra nos enseña a encontrar la felicidad. Para ello, es importante desprenderse de las preocupaciones, el estrés y el cansancio. Es importantísimo descansar y buscar un hueco para respirar con tranquilidad. Cuando te sientas descansado y relajado, es muy probable que tengas muchas más ganas de hacer el amor con tu pareja.

Para alcanzar ese estado de descanso y tranquilidad, ese relax que, muy probablemente, te invitará a buscar el contacto sexual con tu pareja, hay muchas cosas que puedes hacer, y ninguna de ella tiene porqué ser complicada de realizar. Piensa en, por ejemplo, dar un pequeño paseo cada día. El sedentarismo es enemigo del bienestar corporal. Te lo dicen los médicos y te lo decimos nosotros. Hay que activar el cuerpo para que éste funcione correctamente y responda a los estímulos externos (también a los estímulos sexuales) como es debido.

Busca también un sitio tranquilo en el que puedas relajarte, pensar y meditar. Puedes tomar un baño o buscar un rincón en tu casa en el que te sientas solo durante un rato. A veces no nos damos cuenta de nuestro agotamiento o de los estragos que el día a día va causando en nuestro organismo.

Conocerte a ti mismo

Te vamos a proponer un ejercicio para que te conozcas mejor antes de iniciar tus sesiones tántricas. Gracias a este ejercicio podrás identificar qué partes te gustan más de ti mismo y con qué partes de ti no estás tan a gusto.

Este ejercicio es muy sencillo. Primero lo harás tú solo y, después, podrás hacerlo con tu pareja. Verás que lo que te proponemos es una forma muy sensual de expresar las cosas que os gustan a uno del otro

  • 1. Dibuja dos columnas en una hoja de papel. A una de las columnas titúlala “amor” y a la otra titúlala “odio”.
  • 2. Puedes permanecer desnudo o vestido de una manera sencilla, ante un espejo. Mírate con calma y ve escribiendo en la lista aquello que te gusta y lo que no. Lo que te gusta escríbelo, lógicamente, en la columna destinada al “amor”. Lo que no, escríbelo en la columna “odio”. No es necesario que te refieras a una parte de tu cuerpo. Puedes hacer referencia también (y eso sería lo ideal) a tu personalidad. No intentes mentirte. La finalidad de esto es que te acabes viendo mejor. Si te engañas de buenas a primeras, el resultado no podrá ser nunca el deseado. Sincérate contigo mismo.
  • 3. Compara las longitudes de ambas listas.
  • 4. Pon una música lenta y pausada. Piensa en algo que no te gusta de ti. Vamos a imaginar que son las piernas. Concéntrate en la música mientras acaricias esas piernas tuyas que tanto te desagradan. Expláyate en la caricia y añade a la misma toda la ternura y cariño de que seas capaz.
  • 5. Pon ahora una música un poco más animada y vital. Piensa en algo de lo que has puesto en la columna “amor”. ¿Te gustan tus pechos? ¿Estás contento con tus pectorales? Es el momento de demostrar ese cariño acariciándolos, masajeándolos, agitándolos, haciéndolos bailar. Acaricia esas pectorales de las que estás tan orgulloso.
  • 6. Tras realizar todo esto con tres o cuatro características de las anotadas, comprueba si alguna de las que estaban inicialmente ubicadas en el listado del “odio” ha pasado o ha comenzado a emprender camino para llegar a la columna del “amor”. Si es así, enhorabuena. Si no lo fuera, insiste.
  • 7. Haz este ejercicio todos los días, durante el tiempo que sea necesario para mover todas las características de la columna del odio a la columna del amor. Es completamente posible que puedas vaciar el listado de odio y llenar hasta los bordes el del amor. Con el paso del tiempo cambiarán tus sentimientos hacia ti mismo, te sentirás más benévolo contigo mismo y tu autoestima crecerá de manera importante. Eso te hará ser más feliz.