¿Cuántas veces no has oído decir que la nuestra es una sociedad hedonista, buscadora incansable del placer? Y, sin embargo, divertirse todos los días, gozar a diario, no acostumbra a formar parte de nuestra agenda. Por ejemplo: ¿qué lugar ocupan las caricias en nuestro día a día?

Cuando éramos bebés se nos apretaba, se nos acariciaba, se nos besaba… ¿Realmente creemos que como adultos no necesitamos nada de eso? Nos zambullimos en nuestras ocupaciones y preocupaciones y escondemos bajo siete llaves una de nuestras necesidades más vitales: la de sentirnos valorados, apreciados y deseados.

Esto de lo que hablamos es tan vital para nosotros como el comer, pero nuestro modo de vida nos ha empujado a obviarlo. Si tuviéramos a diario un médico a nuestro lado, quizás en más de un momento nos diría: “se te ve cansado, vete a casa y deja que los brazos de tu amada te mimen, languidece en ellos, ya verás cómo eso te hace sentir mejor y mañana vuelves a estar como nuevo”.

Quizás eso sería lo conveniente, en muchos casos, para recuperar la energía perdida y volver a ser ese productor que la sociedad nos exige ser. Tal vez eso nos devolvería a una condición humana no maltratada por nuestra forma de vida.

Se nos critica cuando se nos ve abstraídos olvidando que quizás ese momento de abstracción, esa desconexión mental, nos está sirviendo para restaurarnos psicológicamente o parar recuperar energías con las que aliviar una más que posible fatiga mental.

En este artículo vamos a hacer una alabanza de la caricia y vamos de resaltar cómo ella es la humilde pero efectiva puerta de entrada a todo un universo de sensaciones placenteras. No en vano, no puede olvidarse la estrecha relación que guardan caricia y Tantra.

En este post resaltaremos también cómo entre nuestras obligaciones y disciplinas debemos introducir una ineludible: la del placer. Y es que debemos ejercitarnos en la disciplina de gozar. Debemos, en nuestro día a día, buscar experiencias placenteras. Ello redundará positivamente tanto en nuestro cuerpo como en nuestro espíritu. Y seremos más felices.

Caricias

Caricias y masajes eróticos: beneficios más allá del placer

Si hay un pensamiento erróneo y dañino es el que pretende escindir trabajo y placer convirtiéndolos en términos irreconciliables. Según esta manera de pensar, no es posible trabajar duramente y, al mismo tiempo, llevar una vida placentera.

Los consejos y orientaciones que queremos dar aquí pretenden acabar con esa idea. Es posible trabajar duramente y, al mismo tiempo, es factible cambiar nuestro tipo de vida para hacer que el placer adquiera más importancia en ella. Solo hay que encontrar el equilibrio que lo permita. Consiguiéndolo, disfrutaremos de nuestro cuerpo y la alegría se convertirá para nosotros en algo cotidiano.

Tenemos que convertirnos en activistas del gozo. Tenemos que decir sí a nuestros deseos. Hay que acariciar y dejarse acariciar.

Los profesionales del masaje acostumbran a vivir con la maravillosa experiencia de ver cómo sus caricias y masajes hacen aflorar en la gente al niño que en mayor o menor medida todos llevamos dentro. Ese niño está ahí, dentro de nosotros, y lo que hay que conseguir es que salga a jugar y a disfrutar de la vida.

El masaje erótico nos ayuda enormemente a sacar a ese niño a la luz. Un toque sensual o una caricia bien orientada pueden ser el mejor instrumento para acabar con el aburrimiento y la rutina en tu vida.

Programar algo de tiempo cada día (cinco, diez, veinte o más minutos) para dedicarnos a explorar el erotismo de nuestro cuerpo acariciándolo debería ser prioritario en la organización de nuestra agenda.

El placer es una disciplina. Hay que anotarlo en nuestra agenda. Después de todo, el tacto es la puerta de entrada a las sensaciones placenteras. Las caricias siempre llegan al corazón. Es más: hay caricias para el corazón que son para él mejor que cualquier medicina.

Y es que los beneficios de las caricias, más allá de que son generadoras de placer y de que facilitan la comunicación interpersonal, son muchos. Entre ellos destacan los siguientes:

  • Combaten el dolor.
  • Fortalecen el sistema inmunológico.
  • Combaten la depresión ya que estimulan la producción de oxitocina.
  • Mejoran la función pulmonar.
  • Mejoran el rendimiento.
  • Ayudan a controlar la función arterial.

    Caricia

    Respiración consciente, masaje y placer

    Una de las mejores maneras de estimular la entrada de lo placentero en nuestra vida es aprender a respirar. Respirando bien conseguiremos disfrutar mucho más de un masaje erótico. La relación entre control de la respiración y Tantra es muy estrecha.

    Sin ir más lejos, respiración consciente te enseña a liberar la mente y a dejar de preocuparte de lo que debes realizar y cumplir con tu pareja. Todo se realizará de mejor modo si controlas tu forma de respirar ralentizando la mente y profundizando en las sensaciones táctiles.

    La respiración consciente nos saca del tiempo (recuerda: el reloj es el mayor enemigo de toda experiencia placentera) y nos ayuda a concentrar toda nuestra energía en una zona determinada de nuestro cuerpo.

    ¿Puedes imaginar que esa zona corporal son tus genitales? Imagínalos llenos de energía, electrizándose, dispuestos a sentir y a proporcionar gozo. Ése es el objetivo: gozar al máximo de nuestro cuerpo y disfrutar sin tabúes ni barreras con él. Haciéndolo, llenaremos nuestra vida de placer.

    Los que pertenecemos a la cultura o culturas occidentales hemos descuidado la conciencia de la respiración, algo que los místicos de todas las tradiciones han practicado a lo largo de los siglos.

    Nos olvidamos de que las cosas más simples suelen ser las más revolucionarias y esta forma de respirar es una herramienta simple pero efectiva para la transformación personal. También las caricias. Una y otras son el inicio de un camino que debe llevarnos a sentirnos en mayor comunión no solo con nuestra pareja, sino también con el cosmos entero.

    Respiración consciente

    Masajistas profesionales, las expertas en caricias

    Las masajistas profesionales, especialmente eróticas, son las grandes expertas en dar caricias que llegan a todos los sentidos.

    Es muy recomendable acudir a ellas de tanto en tanto para sentir toda la magia de su tacto en tu piel, pero al mismo tiempo aprender su técnica y sensualidad.

    Ser tocado es el mejor aprendizaje para saber tocar y acariciar.

    Masajes eróticos