¿De qué se habla cuando se habla de la industria del sexo? ¿Qué podemos considerar que cabe dentro de ella? ¿Se la puede tomar por sinónimo de la expresión entretenimiento para adultos? En este artículo vamos a responder a estas preguntas y vamos a realizar una breve introducción a algunos de los elementos que podríamos incluir en un concepto tan amplio como es el que da título y centra el objetivo de este post.

Somos animales sexuales y, como tales, necesitamos sexo. Esto hace que todo lo que gire alrededor de él se transforme en un negocio. Hay una necesidad y se tiene que cubrir.

El del entretenimiento para adultos es uno de los sectores de la economía más rentables y que más dinero mueve. El sexo ha pasado de ser un tabú para convertirse en una de las actividades más prósperas de la economía.

¿Qué subsectores entran dentro de este sector económico? Según la mayor parte de los especialistas en estos temas, la industria del sexo incluye aquellas actividades y pasatiempos que tienen que ver directamente con la sexualidad y las prácticas destinadas a disfrutar de ella.

Las actividades de este sector económico implican, de un modo u otro, la prestación de servicios relacionados con lo sexual y/o erótico. Cabría aquí, por supuesto, la prostitución, pero también los clubs de striptease y los clubs liberales o clubs swinger en los que se realizan intercambio de parejas.

Parte importante de la industria del sexo pueden considerarse, también, aquellos pasatiempos que, de un modo más o menos directo, guardan relación con la sexualidad y las prácticas para disfrutarla.

Entre dichos “pasatiempos” incluiríamos:

  • Las revistas pornográficas.
  • El cine porno.
  • Los juguetes sexuales.
  • Los artículos, juguetes y complementos relacionados directamente con el BDSM, el fetichismo o las prácticas sadomaso.

Teniendo en cuenta lo apuntado, los canales de sexo para TV y las tiendas eróticas (sexshops) pueden ser consideradas como parte integrante de la industria sexual.

Analicemos ahora algunas de las características de algunos de los elementos, actividades o pasatiempos que forman parte de este sector económico.

Industria del sexo

La prostitución

Componente principal de la industria del sexo, la prostitución es la prestación de servicios sexuales a cambio de dinero.

Esta actividad puede desarrollarse: en un burdel, puticlub o agencia de escorts, en el apartamento o domicilio de la prostituta, en una habitación por horas, en un hotel, en el domicilio del cliente, en un automóvil aparcado, en la calle… Los lugares pueden ser muy variados.

La prostituta puede trabajar para sí misma, para un proxeneta o a través de una agencia de acompañantes.

Dentro de la profesionales del sexo podemos encontrar mujeres que han escogido dicha actividad libremente y mujeres que se ven obligadas y forzadas a ejercerla, algunas de ellas en régimen de semiesclavitud.

Prostitución

La pornografía

Lo podemos leer hasta en la Wikipedia: “la industria del sexo representa una parte importante de la economía mundial”. Dentro de ella, la pornografía ocupa un lugar capital.

Hablar de porno es hablar de todo aquel tipo de material que representa actos sexuales o actos eróticos y que tiene una finalidad: la de provocar la excitación sexual del receptor.

La evolución tecnológica ha hecho que lo porno se reparta a caballo de todo tipo de formatos multimedia. Los vídeos caseros, el DVD, los vídeos de porno en streaming, el pay-per-view o los vídeos bajo demanda serían, dentro de la industria pornográfica, los formatos más populares. Ellos se han impuesto poco a poco a las salas X y a otras formas de plasmación del porno, como pueden ser las revistas, que tanto éxito tuvieron durante los años 70 del siglo pasado.

El desarrollo tecnológico ha hecho posible también el videochat para adultos y el sexo telefónico o a distancia.

Porno

Juguetes sexuales

La apertura de la mentalidad de la sociedad respecto a los temas relacionados con la sexualidad y su disfrute ha permitido que, dentro de este sector económico, haya un subsector que ha alcanzado un gran desarrollo en los últimos años. Estamos hablando de aquél que se relaciona con el diseño, fabricación y comercialización de juguetes eróticos.

Por fortuna, son ya muchas las personas que saben que los juguetes para adultos son algo más penes de plástico de color carne.

Es cierto que durante muchas décadas la imagen de ese tipo de aparato monopolizaba todas las ideas sobre lo que era o podía ser un juguete sexual, pero en los últimos veinte años los cambios en los materiales y los avances en la tecnología de los juguetes han permitido la aparición en el mercado de una deslumbrante variedad de modelos.

Hoy en día puedes comprar consoladores (aunque la palabra chirríe) o dildos que parecen hechos de mármol, tapones anales con forma de flor, arneses con penes incorporados, vibradores de mil formas diferente, anillos para el pene, succionadores de clítoris…

Como toda industria que se precie, la del sexo se ha dedicado con esmero a intentar llenar todas las necesidades de los consumidores y marcas como LELO, Satisfyer, Pipedream, Calexotics o NS Novelties facturan cada año muchos millones de euro y venden sus productos tanto en tiendas eróticas como en sexshops online o a través de sus propias páginas webs.

Enfrentarse a la oferta de productos que dicha industria pone a nuestro alcance puede resultarte abrumador. Pero hay que tomárselo con calma y no asustarse antes de tiempo. Bien mirado, solo hay una docena de tipos básicos de juguetes eróticos. Basta con entender lo que cada juguete está diseñado para hacer para multiplicar sus posibilidades para que se adapte a nuestro capricho, propósito o postura preferida.

Juguetes sexuales