Crear un espacio atractivo para el masaje erótico

Si un día recibes una original y artística invitación de tu pareja en la que se te invita a participar en una “Noche de Éxtasis Sensual”, no dejes escaparla. En esa noche especial, se me mimará especialmente. Tener un baño de burbujas, leerte poesía y llevarte a tus labios frambuesas mojadas en licor. Después de todos esos preámbulos, serás llevado a la habitación de masajes eróticos y aunque sea tu propia habitación, será una sorpresa porque apenas podrás reconocerla.

Almohadas enormes adornado la cama, sábanas de satén, paredes decoradas con nuevas fotografías de desnudos, algunas de arte erótico, todas bellamente enmarcadas. Las velas y la música suave daban a la habitación el olor y el resplandor de un antiguo templo. Todo este ambiente lleno de sensualidad debe estar completado por varios juguetes eróticos y algunos frasquitos de lociones y aceites colocados encima de la mesita de noche. Seguramente te emocionarás por la sorpresa y que te hayan construído un templo sagrado especialmente para ti.

Un dormitorio reformado marca la transformación interna en nuestras vidas. Nuestro nuevo dormitorio (cuya decoración y funcionalidad gira en torno de la sexualidad) es una especie de metáfora de nuestra nueva actitud ante la vida. Cada vez que pases ante la habitación durante el día, sonreirás. El espacio celebra con su apariencia vuestra pasión. Es tu propio reflejo.

Crea tu propio espacio sexy en tu hogar para tus encuentros eróticos, tengas o no tengas pareja. Ese espacio debe de ser un espacio único en el que se reflejen, de algún modo, tus gustos, tus pasiones, tus deseos más íntimos, las historias que has vivido o las que te gustaría vivir. Esa redecoración de esa habitación destinada al placer puedes hacerla de un golpe, por las bravas, o poco a poco, añadiendo y quitando cosas, dándole el aire elegido. Al final, ese espacio debe ser el fiel reflejo de tu personalidad. Ese espacio será una especie de templo sagrado que te proporcionará un jugoso y excitante lugar de exploración. Y los masajes eróticos serán el camino y el método de esa exploración. Cuando ese espacio ese convierta en esa especie de templo del placer, te bastará pasar por la puerta para sonreír.

Las caricias corporales

La piel es el órgano más grande del cuerpo. Y se vuelve más sensible al tacto con los años. Se puede llegar a sentir más con la experiencia. Ella nos ayuda a ir más despacio y a tomarnos el tiempo necesario para experimentar todos los matices de la sensibilidad. Adquirir la conciencia profunda de la caricia erótica nos ayuda a encontrar el trance y a relajarnos. Las caricias en las manos o en los pies envían estímulos directamente a los órganos sexuales. Tocar estas áreas produce una sutil acumulación de energía erótica.

La caricia debe ser, en principio, más sensual que sexual. La caricia sensual tiene como objetivo disfrutar del placer de las sensaciones del momento. La caricia sexual, por su parte, estás más orientada hacia el logro de objetivos. Aunque la sexualidad de la caricia puede ser un resultado irremediable y natural de la caricia sensual, lo que aquí ofreceremos será, principalmente, técnicas de caricia sensual. Lo importante no será llegar a la meta del sexo. A eso se llegará de una manera natural. Pero antes de esa meta hay un viaje. Y tú te convertirás en un embelesado fanático de ese viaje.

Intercambio de papeles

Para poner en práctica los consejos y sugerencias que aquí vamos a hacerte, en primer lugar deberás elegir ser activo o pasivo. Después, intercambiaréis vuestros papeles. Esto te permitirá ralentizar la marcha del camino y tomar nota realmente de todo el proceso y de sus efectos. Cuando seas el socio activo, el acariciador, podrás concentrarte en las sensaciones que la punta de tus dedos o tus manos despiertan en la piel de tu pareja. Cuando, por el contrario, eres el socio pasivo, el acariciado, podrás tomar conciencia plena de los efectos de cada sutil caricia. Esta alternancia de roles te permite un placer más intenso por dos razones: porque introduces un factor de lentitud y calma en el proceso y porque puedes concentrarte mejor en descubrir los efectos exactos de cada caricia.